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Autor Tema: El Ibex se aferra a los 11.500 puntos  (Leído 407 veces)

anna

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El Ibex se aferra a los 11.500 puntos
« en: Noviembre 08, 2009, 11:08:50 am »
El Ibex se aferra a los 11.500 puntos

Publicado por Josíé Antonio Fernández Hódar

La montaña rusa, con la que comparamos la pasada semana evolución esperada para la bolsa, ha seguido funcionando. El viernes 30 de octubre el í­ndice perdió la cota de los 11.500 puntos, y ayer viernes volvió a recuperar este nivel, aparentemente dejando las cosas como estaban, pero ha hecho sangre en su ir y venir.

Los pesos pesados han recuperado lo poco que perdieron en la última semana de octubre. De hecho, Telefónica apenas se alejó de los 19 euros. BBVA y Santander perdieron los soportes que tení­an en 12 y 11 euros respectivamente, pero el viernes se colocaron con comodidad sobre ellos. Otro tanto puede decirse de Repsol y de Iberdrola. í‰sta perdió un viernes la cota de los 6,2 euros. La recuperó el viernes siguiente y, entre ambos, un retroceso simbólico a 6,1 euros. Total, quedarse como estaba sin asustar en exceso al personal.

Pero esta no ha sido la tónica general. Hemos visto castigos muy serios en la última semana de octubre en casi todos los bancos medianos, en Sacyr, Ferrovial y Acciona. Las dos cadenas hoteleras han sido duramente castigadas y otro tanto puede decirse de Telecinco o de Tubos. Y para quíé contar como les ha ido a Clí­nica Baviera, Codere, Indo, Correa o Renta Corporación.

El regreso del Ibex 35 a los 11.500 puntos no ha supuesto para muchos de ellos algo más que recuperar un tercio de la caí­da precedente y, para otros, sólo poner freno a los retrocesos. El mercado en general, al margen de los grandes, ha quedado muy tocado, lo que deja mal sabor de boca en el cierre semanal.

La marejada no hará que naufrague la bolsa. El rumbo es bueno. Los golpes de timón son los adecuados y se navega hacia buen puerto
Esta situación, en principio preocupante, es la que corresponde a una fase de oscilaciones propias de esa montaña rusa a la que hací­amos referencia la semana anterior. Pasar de una visión moderadamente optimista a otra en la que todo se comienza a ver negro, ya no es cuestión de semana, ni si quiera de dí­as, en ocasiones, es cuestión de horas. Esta situación no es nueva. Ya la hemos vivido en otras tormentas. Para algunos inversores noveles la situación es incomprensible. Es normal que te reprochen que una semana digas que esto sube, porque en realidad sube, y la siguiente que baja, porque realmente baja, o está para bajar. En la antigí¼edad, se mataba al mensajero. Hoy, con decirle al analista que no tiene ni idea de lo que habla, todos contentos.

No tenemos ni idea de lo que hará la bolsa el lunes, pero no es en este momento el tema principal para un inversor, aunque quite el sueño a quien especula a corto rabioso. Para el inversor, como para el patrón, el tema no es el número de olas, o que la proa se esconda bajo el agua en el seno de cada una de ellas.

Lo que importa es saber que el barco navega bien. Que el rumbo es bueno. Que los golpes de timón que se van dando son los adecuados yque, en definitiva, vamos a buen puerto. Y no olvidar que de esos valores, duramente castigados, muchos darán alegrí­as.