Los estados miembros de la Unión Europea han acordado elevar en torno a un 30% los impuestos sobre el tabaco en 2014. La directiva, pactada por los ministros de Economía (Ecofin), "pretende asegurar un mayor nivel de protección a la salud pública".
El nuevo impuesto supondrá un incremento del coste de 1.000 cigarrillos desde los 64 a los 90 euros, y no será menor a un 60% del precio de venta, por encima del actual límite situado en el 57%.
Según datos de 2006 recopilados por la Unión Europea, casi un 25% de sus 500 millones de habitantes fumaban, aunque la cifra se ha reducido en los últimos años. Según estadísticas británicas, el tabaco provoca la muerte de más de un millón de hombres y de 200.000 mujeres en Europa cada año.
Además, la presión fiscal podría reducir las diferencias en los precios del producto a lo largo de la Unión Europea, que van desde un euro por cajetilla en Letonia a más de seis euros en Irlanda.
No obstante, expertos del sector advierten de que la decisión podría ser un aumento en el contrabando de cigarrillos baratos desde países de fuera de la Unión Europea, como Ucrania, Rusia y las naciones africanas.
No obstamte, la Unión Europea hará una salvedad con ciertos países que podrán subir sus impuestos más tarde. Bulgaria, Grecia, Estonia, Letonia, Lituania, Hungría, Polonia y Rumania, que tradicionalmente tienen el tabaco más barato que el resto de la Unión Europea, se les permitirá aplazar la aplicación del nuevo impuesto hasta 2018.