El gobernador del Banco de España considera que, para lograr sanear el sistema financiero español, un tercio de las cajas de ahorros debe fusionarse o desaparecer.
"Creo que hay al menos 15 cajas de ahorros que deberían unirse con otras", afirma. "Espero que para la próxima primavera hayamos reestructurado todas estas entidades, íésa es mi idea. Ahora tenemos muchas, muchas fusiones que se están discutiendo".
Los bancos cotizados españoles, algunos de los cuales estuvieron involucrados en anteriores crisis financieras a nivel domíéstico, han sobrevivido hasta la fecha a la crisis bancaria global en mejor forma que muchos de sus competidores internacionales.
Pero las cajas, que no cotizan -muchas de ellas politizadas, ligadas a los gobiernos regionales y con una estructura accionarial opaca-, arrebataron cuota de mercado a los bancos aprovechando el reciente boom inmobiliario, y ahora cuentan con cerca de la mitad de las hipotecas morosas en España.
Varias cajas están fuertemente expuestas a la bancarrota de promotores inmobiliarios y hogares incapaces de hacer frente a los pagos de sus hipotecas.
En marzo, las autoridades tomaron el control de la debilitada Caja Castilla-La Mancha (CCM) e inyectaron liquidez de emergencia. Con posterioridad, implementaron una nueva ley y establecieron un fondo de reestructuración para el sector financiero de 9.000 millones de euros, que puede apalancarse a sí mismo diez veces, hasta los 99.000 millones de euros, para asumir otras cajas en problemas.
Cuentas oficiales
Los comentarios de Fernández Ordóñez son la primera estimación oficial del número de cajas que deben desaparecer para empezar a reestructurar el sector y lograr la salud financiera, pese a que la cifra podría incrementarse hasta las 20 entidades o disminuir hasta las 12, dependiendo de la profundidad y la duración de las dificultades económicas de España. En los últimos meses se han acometido negociaciones esporádicas sobre fusiones entre cajas "como por ejemplo las que han involucrado a varias entidades en la región catalana", pero los bancos comerciales han expresado su preocupación ante la lenta progresión del proceso.
Fernández Ordóñez desea utilizar la nueva regulación española, que establece un Fondo para Reestructuración y Ordenación de la Banca (Frob), dotado de 9.000 millones de euros, para alcanzar sus anhelos de fusiones entre cajas.
Dos de las uniones esperadas "la de la rescatada CCM con Cajastur y la de Unicaja con Cajasur" probablemente sean respaldadas con los más de 4.000 millones de euros acumulados en el Fondo de Garantía de las cajas, pero ese dinero se agotará rápido.
Por ahora, el banco central español quiere que las cajas más saneadas financien las adquisiciones con sus propios recursos, tal y como se espera en varios acuedos entre algunas cajas de Navarra, La Rioja, Aragón y las Islas Canarias, o bien que reciban un príéstamo del Frob que tendrán que devolver.
El gobernador del Banco de España afirma que su intención es evitar el uso del dinero de los contribuyentes en la medida de lo posible, y cree esencial una mayor racionalización y recorte de gastos en la forma de cierres de sucursales.
Postura crítica
En esta entrevista, el gobernador, que ha sido atacado por el presidente del Ejecutivo, Josíé Luis Rodríguez Zapatero, y otros miembros de su gabinete por sus puntos de vista sobre la economía, tambiíén defiende su derecho como líder del banco central a criticar las políticas gubernamentales.
Insiste en la necesidad de acometer reformas laborales y una mayor austeridad presupuestaria en España, donde el díéficit público se prevíé que exceda del 10% del Producto Interior Bruto (PIB) en los próximos años. "Este díéficit de doble dígito es muy importante", sostiene Fernández Ordóñez, y concluye: "No podemos permitirlo".
