INICIO FOROS ÍNDICES DIVISAS MATERIAS PRIMAS CALENDARIO ECONÓMICO

Autor Tema: Hambre de huelga  (Leído 349 veces)

Orpheo

  • Moderador
  • Excelente participación
  • ***
  • Mensajes: 15.428
  • Karma: +6/-2
  • Sexo: Masculino
Hambre de huelga
« en: Noviembre 18, 2009, 09:41:34 am »
JUAN T. DELGADO.-
 El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon hizo una huelga de hambre de 24 horas este fin de semana en protesta por la desnutrición que castiga al Tercer Mundo. Era su manera de llamar la atención ante la pasividad de Occidente frente a la lacra más grave y vergonzosa que sufre del planeta. No fue el único en ayunar durante una jornada. Quien tomó la iniciativa fue Jacques Diouf, director general de la FAO, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación. El pasado sábado a las 20.00 horas, Diouf se instaló con su pijama y una almohada en un sofá de la sede de la institución en Roma. Y allí­ permaneció sin probar bocado hasta la misma hora de ayer. Pasadas las 20.00 horas, se presupone que el responsable de la FAO se fue a llenar el estómago.

Cenar es un acto simple, sencillo, monótono, casi reflejo para el ciudadano del Primer Mundo. Y una quimera para los 923 millones de personas que, según la propia FAO, corren el riesgo de morirse de hambre en todo el planeta. Con su improvisada huelga, Ban Ki-moon y Jacques Diouf han logrado dar la nota, pero no la campanada. Lo que necesitan los ciudadanos hostigados por la miseria, los que viven una vida de mierda, son iniciativas polí­ticas que no se queden en la mera aníécdota, llamamientos a la acción que remuevan conciencias y, sobre todo, saquen los colores a la clase gobernante.

El responsable de la FAO -y no digamos en la de la ONU- tienen un escaparate envidiable para promover ambas misiones. ¿Por quíé Ban Ki-moon no reprocha la pasividad de Occidente ante el hambre cada vez que interviene en la Asamblea General de Naciones Unidas, aprovechando que en el auditorio están los lí­deres de los paí­ses más ricos de la tierra? ¿Por quíé, en vez de trivializar una protesta tan tremenda y rotunda como una huelga de hambre, se dedican a desvelar las verdaderas causas de la desnutrición?

A ojos de la FAO, la más agresiva y preocupante en el corto plazo es la subida del precio de los alimentos. Este factor es el responsable de que el número de personas amenazadas por el hambre haya aumentado entre 2003 y 2005 en 75 millones respecto a las previsiones realizadas por la organización. Este incremento dificulta más si cabe el objetivo fijado en la histórica Cumbre Mundial sobre la Alimentación de 1996. A saber, que el número de desnutridos se reduzca a la mitad en 2015.

Pero las razones de fondo del hambre son otras. Y sólo son combatibles con una acción polí­tica urgente, concertada, creí­ble y decidida. La desnutrición es la consecuencia más dramática de los desequilibrios en el desarrollo que propicia el sistema económico dominante. El hambre seguirá matando –sólo en ífrica morirán este año 700.000 niños, según el último pronóstico del Banco Mundial– mientras que persistan las barreras proteccionistas que impone Occidente a los productos agrí­colas del Tercer Mundo, ni mientras que los beneficios generados por la extracción de materias primas no reviertan, de verdad, en el bolsillo de los ciudadanos (y no en las arcas de las multinacionales extranjeras y en la caja fuerte de los polí­ticos corruptos locales).

Las economí­as subdesarrolladas tampoco saldrán del pozo hasta que sus propios gobernantes no se limpien las manos de corrupción y -en algunos casos- de sangre, y prediquen con el ejemplo, eliminando mordazas a la prensa y a la población, alzando la voz contra Occidente para proponer medidas creí­bles -a lo Lula- en lugar de soflamas revolucionarias vací­as e inservibles -como Chávez-. Todo eso y mucho más vale para ralentizar el cronómetro macabro que marca, una a una, las muertes por hambre (35 millones sólo este año). Lo que no sirve de nada es pasar 24 horas sin comer sólo para salir en la foto.


En individuos, la locura es rara; en grupos, partidos, naciones y épocas, es la regla", Nietzsche.