Ya no hacen falta grandes paquetes de dinero para comprar mansiones o apartamentos de gran lujo.
Para el consumidor promedio ese es un detalle de menor trascendencia, ya que su interíés puede estar en una casa o apartamento con un precio de $200.000 o menos.
Las propiedades que hasta no hace mucho estaban por las nubes se han desplomado, según lo indica un estudio de la revista Forbes. Por ejemplo, el año pasado una mansión de Greenwich, Connecticut, que tiene 14 habitaciones y un terreno de algo más de 30 acres, estaba en venta por $125 millones. Era la segunda casa más cara del mundo.
Ahora es casi una ganga ya que el precio solicitado es de $60 millones.
Es muy común ahora que los vendedores traten de atraer a interesados con diversos míétodos, incluso rebajas del 20 por ciento o más. Pero la incertidumbre domina al mercado y quienes ofrecían casas para millonarios, que antes se vendían rápido, han tenido que apelar a rebajas más que sustanciales.
El año pasado el inversionista Marty Zweig retiró del mercado un apartamento al tope del Pierre Hotel, frente al Parque Central de Nueva York, que había estado en venta durante 4 años por $70 millones.
El financiero Leonard Ross, que pedía $165 millones por la mansión Hearst en Beverly Hills, California, la sacó del mercado en septiembre de 2008.
Pocos meses despuíés, el príncipe Bandar de Arabia Saudí canceló la oferta de su propiedad en el centro de esquí en Aspen, Colorado, que vendía por $135 millones de dólares de la lista de propiedades disponibles. Otros propietarios, como los dueños de una mansión diseñada por Wallace Neff , que solicitaban $85 millones, han optado por el arriendo hasta que el mercado se recupere.
Jonathan Miller, presidente y director general de la tasadora Miller Samuel, dijo que era de esperar que esto ocurriera. Agregó que “hubo un frenesí que hizo que el precio de estas propiedades ascendiera a niveles astronómicos. Los grandes descuentos no son tanto un reflejo de la caída del mercado, como de la realidad.â€
Aunque el número de compradores que quiere invertir en casas de decenas de millones de dólares, nunca ha sido enorme, lo cierto es que el retroceso en la concesión de príéstamos gigantes ha reducido aún más su número. Otros, los que tienen los medios para pagar en efectivo, están esperando a que el mercado se estabilice, dicen analistas.