El fenómeno nos ha ocurrido a casi todos: dejar un objeto en un lugar durante un corto espacio de tiempo, ir a recogerlo y no encontrarlo para, tiempo despuíés, hallarlo allí mismo o en el sitio más insospechado. Este tipo de sucesos ya tiene un nombre en parapsicología: jotts, fenómenos anómalos, en ocasiones absurdos, que no tienen explicación.
¿Ha tenido la experiencia de perder algo que luego ha reaparecido misteriosamente en otro lugar inusual sin que pueda explicar cómo llegó hasta allí? No se preocupe, no padece usted ningún tipo de demencia ni trastorno de la memoria. Lo que pasa es que “Usted ha sido jottleadoâ€, tal y como reza un anuncio aparecido en la publicación británica The Paranormal Review que busca testimonios de personas que hayan tenido experiencias de este tipo que, no por cotidianas, dejan de parecer “paranormalesâ€. La parapsicóloga e historiadora Mary Rose Barrington,
actual vicepresidenta de la Society for Psychical Research de Londres, ha introducido un nuevo tíérmino en el vocabulario parapsicológico que ha tenido una enorme repercusión: jottled. Procede de las siglas JOTT (Just One of Those Things)
y, según esta experta, describe fenómenos raros, incluso absurdos, que no se ajustan a ningún modelo explicativo. Veamos una experiencia típica. Usted está a punto de salir de su casa por la mañana y deja su reloj (o las llaves, las gafas o la tarjeta de críédito) sobre la mesa del recibidor, como hace siempre. Va un momento al baño, pero cuando regresa el reloj (las llaves, las gafas o la tarjeta) ha desaparecido. Usted sabe perfectamente que lo ha colocado sobre esa mesa, incluso recuerda la forma que ha adquirido al ser depositado. Además, está solo en casa y nadie ha entrado ni salido en ese intervalo. Pero, como debe marcharse, deja la resolución del problema para despuíés. Por la tarde, nada más llegar a casa se dedica a buscar el reloj perdido. Busca y busca y, cuando está a punto de renunciar a su intento, usted mismo (o su esposa, o su hija) lo encuentra... en la chaqueta que estaba colgada en el ropero, una prenda que no usaba desde hacía mucho tiempo. ¿Cómo ha llegado el reloj hasta allí? Aunque parezca cosa de magia, lo cierto es que este tipo de experiencias es mucho más común de lo que creemos.