Expansión .com/ por Ana Antón
La profunda crisis financiera y de confianza que golpea los mercados desde finales de 2007 ha modificado el tablero y las reglas del juego del negocio de banca privada.
La fuerte depreciación que ha sufrido el patrimonio de las grandes fortunas en los últimos meses ha desatado el descontento entre los clientes de este segmento. Y, como resultado, los movimientos para traspasar las sicav de una entidad a otra se han intensificado.
En 2009, casi 250 sicav "sociedades de inversión que utilizan los grandes patrimonios para canalizar sus inversiones" han cambiado de gestora. Según se desprende de información publicada en la CNMV, recopilada por EXPANSIí“N, estos movimientos han afectado a más 1.250 millones de euros, es decir un 4,6% del patrimonio total (26.400 millones) invertido a travíés de estos vehículos. Según fuentes del mercado, es posible que esta cifra repunte aún más en 2010, ya que en los últimos meses ha aumentado el número de solicitudes de cambio de gestora, todavía en tramitación.
En busca de liquidez
Junto al descontento generalizado de los clientes, las necesidades de liquidez de muchos empresarios y el baile de banqueros entre entidades han avivado los traspasos.
"En un momento de restricción de liquidez, algunas entidades están condicionando la concesión o renovación de líneas de críédito a que el cliente ofrezca ciertas contrapartidas como los fondos o sicav que tienen en otras entidades", explica Miguel Irisarri, director general de la firma de asesoramiento A&G.
Por otro lado, durante los últimos meses hemos asistido a un incesante ir y venir de banqueros privados e independientes entre entidades, lo que ha avivado aún más los traspasos de sicav. "En el negocio de los grandes patrimonios, los asesores financieros y sus clientes establecen vínculos muy estrechos, por lo que, generalmente, los banqueros que cambian de entidad se llevan consigo sus sociedades", explica Irisarri.
Además, en un momento en el que la creación de riqueza se ha paralizado, algunas entidades han optado por crecer en su negocio patrimonial a travíés de una intensiva captación de sicav.
Esta estrategia, que ha desatado una guerra comercial basada en el recorte de comisiones, suscita desconfianza entre algunos gestores. "Son entidades que hacen economía de escala, que es directamente proporcional al deterioro de la calidad de la gestión", señalan fuentes del sector.
En el último año, las entidades que más sicav han captado son Banca March, Urquijo, Invercaixa, Inversis, GVC Gaesco, Bankinter y Lombard. El patrimonio total que han conquistado estas firmas se sitúa en 609 millones de euros, repartidos en 99 vehículos.
Sin embargo, estas entidades tambiíén han visto cómo algunos de sus clientes les eran infieles con firmas de la competencia. En tíérminos netos (patrimonio ganado menos perdido), March ha logrado 160 nuevos millones de euros. Le siguen Urquijo e Inversis, con 60 millones más.
Entre las firmas que más sociedades han perdido figuran Credit Suisse, UBS, Fortis, BNP Paribas, Gesmadrid y Banif. Las 83 sicav que han salido canalizaban un capital de 556 millones de euros.
En tíérminos netos, Credit Suisse y Fortis son las más golpeadas, al haber perdido cada una un patrimonio superior a los 100 millones de euros.
La mayor sicav que ha cambiado de gestora es Nomit IV Global (56,6 millones de euros), de Ignacio Polanco. El presidente de Grupo Prisa ha revocado el acuerdo de cogestión que tenía con BBVA Patrimonios. Urquijo "que ya era cogestora" y Abante tomaron el control del capital de Polanco hace apenas un mes.
Las 10 mayores sociedades de inversión que han sido traspasadas movían en septiembre de 2009 (últimos datos disponibles en la CNMV) 276,5 millones de euros. Esta cifra representa más del 20% del patrimonio que ha cambiado de firma en 2009.
Las firmas independientes se hacen un hueco
La crisis ha puesto de manifiesto que la gestión de activos realizada por algunas de las grandes entidades financieras no cumple las expectativas de los clientes de banca privada: ni la gestión es tan personalizada como se les promete, ni los rendimientos son los esperados.
En este sentido, las pequeñas firmas de asesoramiento, reconocidas por ser independientes y no estar respaldadas por un gran grupo con el que alinear intereses, están comenzando a hacerse un hueco cada vez mayor entre los grandes patrimonios. Es el caso de Abante, A&G, GVC Gaesco, Tressis o Consulnor, entre otras.
