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Autor Tema: Los atracos de M. y P.  (Leído 481 veces)

Orpheo

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Los atracos de M. y P.
« en: Enero 09, 2010, 10:34:22 am »
Francisco Pascual7 de diciembre de 2010.- El martes por la mañana M. y P., rumanos, de 11 y 12 años de edad, se introdujeron detrás de mí­ en el habitáculo que aloja el cajero automático de Caja Mediterráneo, en la calle del General Yagí¼e de Madrid. Pleno centro. Despuíés de llevarse varias veces la mano derecha a la boca con los dedos juntos ¬el inequí­voco gesto de "tengo hambre"-, se me colaron por debajo de los sobacos, cogieron los 600 euros que salí­an por la ranura del aparato e intentaron alcanzar la puerta de nuevo.

No pudieron porque les sujetíé por el jersey con fuerza y porque un empleado de la CAM escuchó el jaleo y bloqueó la salida. Comprobíé, mediante un extracto, que habí­a autorizado el reintegro de los 600 euros y pedí­ a las dos ardillas que me los devolviesen. Uno, el que tení­a más cara de malo, me dio 50. "Sólo he cogido eso", me dijo. El empleado de la CAM me ofreció abrir el cajero para ver si habí­a "chupado" el resto de dinero durante el forcejeo.

En ese momento llegaron dos policí­as locales, que cachearon a los muchachos de arriba a abajo. En diez minutos supimos que no habí­a rastro del dinero ni en el cajero, ni en los chiquillos. "Mal asunto", musitó un policí­a, "tendrás que poner denuncia, igual se lo han dado a otro que se ha ido corriendo, es lo que suelen hacer", remató, mientras los trabajadores de la entidad asentí­an. "Bien, pero yo no he visto a más que estos dos y el dinero no se puede haber evaporado", repliquíé palideciendo.

Mientras me concentraba en mantener tensa la mandí­bula, un ángel de la guarda encarnada en agente de Menores de la Comisarí­a de Tetuán entró por la puerta. Pegó dos palmadas y gritó: "con Berlusconi os voy a mandar, ya estáis sacando el dinero". Me preguntó si habí­a visto a algún otro niño, le dije que no y se llevó a los dos policí­as locales para que vieran cómo les cacheaba. A los dos minutos salió con los 550 euros que faltaban en la mano. Según me contó (aviso a los futuros asaltados), se cosen un doble fondo en la bragueta del pantalón o en el dobladillo del bajo donde ocultan el botí­n. Cuatro cosas me sorprendieron:

1. El descaro sin lí­mites de los renacuajos para lanzarse contra una persona, al menos, 25 kilos más pesada que ellos, y que podrí­a haberles arreado una tunda.

2. La velocidad con la que fueron capaces de introducir el dinero en el escondrijo, sacar parte de íél para engañarme y, en un alarde de ratonerismo exquisito, introducirme uno de sus gorros para acusarme ante la policí­a de ser yo el ladrón.

3. El hecho de que durante más de una hora de incidente, ni siquiera parpadearan ante la presión de varios funcionarios uniformados.

4. La profesionalidad contundente de la agente de menores.

Otras dos me descorazonaron:

1. "Son menores de 14 años, no podemos hacer nada, los van a soltar enseguida", me dijo la funcionaria de policí­a.

2. "Si llegan esta noche a su casa sin nada, sus padres les canean", zanjó.

Me los he vuelto a encontrar. Aparentemente en buen estado.


En individuos, la locura es rara; en grupos, partidos, naciones y épocas, es la regla", Nietzsche.

Orpheo

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Re: Los atracos de M. y P.
« Respuesta #1 en: Enero 09, 2010, 10:42:28 am »
Y despues los hipócritas descerebrados llaman de todo a Berlusconi... En fin, como dice mi suegro... en España no cabe un tonto más.
En individuos, la locura es rara; en grupos, partidos, naciones y épocas, es la regla", Nietzsche.