La crisis económica mundial ayudó en el 2009 a los países de Amíérica Latina a contener la inflación a unos niveles en algunos casos no vistos desde hacía díécadas, con tasas negativas incluidas en Chile, Guatemala y El Salvador y las excepciones de Argentina y, nuevamente, Venezuela.
Las economías de la región vivieron una reducción de sus respectivas tasas de inflación respecto al 2008 particularmente gracias a la contención de los precios de los alimentos como consecuencia de las turbulencias económicas que se prolongan desde el 2008 y que afectaron el consumo.
Además de la alimentación, otros rubros que contribuyeron a mantener bajos los precios fueron las comunicaciones, el transporte, la cultura y la vivienda, mientras que en general en la región subieron por encima de la media otros como el de restaurantes y la educación.
Sin embargo, mientras que en Chile y Guatemala la inflación registró una tasa negativa y en Bolivia, Perú y Nicaragua fue menor al 1%, en Argentina se situó en el 7% y en Venezuela volvió a dispararse al 25.1%, porcentaje menor al de años anteriores, pero el único en la región con dos dígitos.
Pese a ello, el Banco Central de Venezuela celebró una ``importante disminución en la presión inflacionaria del país'', dado que en el 2008 el aumento de precios fue del 30.9% y el ministro de Finanzas, aunque reconoció que el Gobierno no había podido derrotar la tendencia al alza, aseguró que había llegado ``cerca''.
No obstante, alertó que ``no se derrotará mientras no se superen los problemas estructurales que influyen en el aumento de los precios, especialmente en el sector de alimentos''.
En Argentina, con la segunda mayor tasa inflacionaria de la región y apenas dos díécimas por debajo del 7.2% del 2008, los datos oficiales, muy cuestionados desde hace algunos años, fueron incluso puestos en duda por las consultoras privadas, que calcularon una inflación real del doble que la del Instituto Nacional de Estadística y Censos.
En el lado opuesto, Chile vio en el 2009 bajar los precios un 1.4%, su primera deflación desde hace 74 años, en comparación con el incremento del 7.1% del año anterior.
Para el Gobierno, esto supuso que ``los salarios de los chilenos tienen un mayor poder de compra y eso es bueno para el bolsillo y es bueno para las familias''.
Igualmente, los precios disminuyeron en el 2009 un 0.28% en Guatemala, donde el año anterior habían subido 9.4%, y en El Salvador retrocedieron 0.20%, contra el incremento del 5.50% del 2008.
En el resto de Centroamíérica, la inflación tambiíén estuvo inusualmente contenida, con índices del 0.93% en Nicaragua, el 2.4% en Panamá, Honduras (3%) y el 4.05% en Costa Rica (la menor en la última díécada).