Energía, salud, servicios hospitalarios y, ahora, negocio financiero. Telefónica no está dispuesta a perder ninguna oportunidad de aprovechar su estructura y su negocio central para abrirse a otras actividades que le aporten ingresos extra. Su última iniciativa es convertirse en remesadora. Ha pedido la licencia al Banco de España y empezará a mediados de año.
Telefónica no deja de sumar rivales a su lista de competidores. Vodafone, Jazztel u Orange están en los puestos principales, pero cada día se añaden más nombres. Y no porque el negocio de telecomunicaciones local o internacional estíé atrayendo de repente a nuevos contendientes, sino porque Telefónica está decidida a entrar en sectores que le son totalmente ajenos, pero a los que puede acceder por la puerta grande gracias a la estructura que tiene y a un conocimiento en determinados campos que resulta exportable.
Ahora, Telefónica está a punto de ingresar en el segmento de servicios financieros. Lo hará en cuanto el Banco de España le díé su licencia de remesadora, solicitada esta misma semana, y comience las operaciones, algo que está previsto para mediados de año, según confirman fuentes cercanas a la compañía.
En ese momento, 50 nombres más se unirán a la lista de rivales de Telefónica, ya que íése es el número de remesadoras que se calcula que operan en España. La compañía empieza de cero en el sector, pero con una infraestructura y un contacto con el público al que va dirigido el servicio que supera a muchas de sus competidoras más veteranas.
Y es que Telefónica dispone de la red de unos 1.000 locutorios que dependen de ella para que les díé tráfico internacional. Son clientes que le compran minutos al por mayor para revenderlos a sus usuarios, en su mayoría inmigrantes. Al principio, íése era el único servicio, pero el campo se ha ido ampliando a la venta y recarga de tarjetas telefónicas para llamar desde una cabina o desde el hogar y lo mismo para el móvil.
Por su parte, los locutorios han ido igualmente aumentando sus servicios a clientes y uno de los principales es la posibilidad de enviar desde ellos remesas a los países de origen. Hasta ahora, el locutorio tenía que contratar con otro proveedor esta facilidad, pero Telefónica ha decidido que lo puede hacer ella.
Con ese fin, la operadora ha creado una sociedad, Telefónica Remesas, que dependerá de Telefónica Telecomunicaciones Públicas y que ha realizado todos los trámites para obtener el visto bueno del Banco de España para entrar en el negocio. Sólo queda la concesión de la licencia, que llegará tras demostrar, como obliga el trámite oficial, que Telefónica es una compañía honorable y con años de existencia, por ejemplo.
El objetivo de la operadora es sumar un servicio más a su cartera de productos y seguir avanzando por el camino de dar valor añadido a los clientes. Y eso con la posibilidad de aumentar los ingresos con un coste mínimo, porque la infraestructura ya existe tanto en España como en la mayoría de los países donde se mandarán las remesas.
Este negocio, con todo, no está en su mejor momento. La crisis y el paro, que se ha cebado con los inmigrantes, han reducido los envíos de remesas, que registraron una caída del 16,11% interanual al cierre del tercer trimestre.
Pero es que Telefónica quiere ir más allá. Por una parte, para ella es un negocio nuevo, así que todo ingreso será un extra. Se calcula que el coste para el cliente oscila entre un 2% y un 4% de la cuantía de la remesa, según los datos que maneja el sector. Además, su objetivo es empaquetar los servicios y fidelizar al usuarios con la venta de varios productos, con promociones entre ellos que los hagan más atractivos.
Todo eso, fruto de la estrategia de diversificación de negocio de Telefónica, que la ha llevado a vender a empresas un sistema de telegestión para reducir la factura elíéctrica, a instalar y mantener la red de desfibriladores que se está desplegando en lugares públicos y empresas o a encargarse del sistema de cobro y facturación de las televisiones de los hospitales.
Una ventana a los servicios bancarios más básicos
La licencia de remesadora permitirá a Telefónica prestar los servicios financieros más básicos gracias a una reciente modificación legislativa. Tradicionalmente, las agencias de envíos de dinero se limitaban a realizar giros al exterior y cambiar divisas. Pero el pasado octubre el Congreso aprobó la Ley de Servicios de Pago, que amplía significativamente su campo de acción.
Este texto es una transposición de la Directiva de Servicios de Pago (2007/64/CE) que tambiíén permite a las remesadoras -que serán rebautizadas como "entidades de pago" (EP) a partir de abril de 2011- ejecutar transferencias nacionales, atender domiciliaciones y gestionar tarjetas bancarias.
Es más, Telefónica podrá adelantar a sus clientes el dinero necesario para atender un recibo pendiente, como la luz, el agua, el gas o, más evidente, el telíéfono. Esto implica en última instancia que la operadora podrá conceder críéditos al consumo, siempre y cuando su devolución se realice en un plazo de un año, estíén ligados a una orden de pago y su filial tenga unos fondos propios adecuados a su cartera crediticia.
El Ministerio de Economía aún tiene pendiente completar la Ley de Servicios de Pago con su pertinente reglamento. De momento, la norma ya especifica que las EP no podrán remunerar las imposiciones de pasivo, como hacen bancos y cajas. Aun así, estarán autorizadas a abrir cuentas donde sus clientes podrán ingresar fondos con los que satisfacer recibos pendientes. Pero mientras un banco gestiona los ahorros ajenos con plena libertad, una EP como la que tendrá Telefónica debe encomendar el dinero de sus clientes a una entidad de críédito o tener cubierto el importe con una póliza de seguro.
La cifra
1.000 locutorios son clientes de tráfico internacional de Telefónica, que ahora se complementará con el negocio de las remesas.