Española del Zinc pende de un hilo. Ayer solicitó a la CNMV la suspensión de la cotización de sus acciones durante un máximo de seis meses y la dimisión del consejero delegado Manuel Jesús Píérez y de Juan Antonio Acedo como secretario con el fin de poder sacar el proyecto adelante.
Así mismo, el consejo aprobó el pasado viernes el nombramiento de los consejeros Josíé Alberto Barreras, Juan Antonio Acedo y la sociedad Cartera Meridional con el fin de realizar “un último esfuerzo para salvar la compañíaâ€. De esta manera, Barreras, principal accionista de Española del Zinc con un capital del 12,54%, se hace con el control del consejo de administración, ya que Cartera Meridional tambiíén es de su propiedad.
La historia de Barreras es la de tantos otros que vio en el ladrillo la gallina de los huevos de oro. Su negocio, inicialmente centrado en el sector hotelero, pasó a convertirse en promotor de suelo bajo el nombre de Montebalito durante los años dorados del boom inmobiliario.
Sus acciones llegaron a dispararse más de un 700% sobre el precio de colocación a 3,42 euros en 2003 y desde sus máximos en febrero de 2007, a 27,9 euros, comenzó la carrera emprendida por otros chicharros inmobiliarios hasta perder más de un 80% desde lo más alto.
Su salida fue la de las energías renovables y con ello logró evitar seguir el camino que han emprendido otras compañeras del sector como consecuencia de la crisis inmobiliaria.
Ahora Barrera ve como otra de sus apuestas, Española del Zinc se ha quedado seca. Sus acciones han caído hasta rozar el euro por título tras tocar en febrero de 2008 los 3 euros. Una caída del 64% en apenas un año que han dejado a la minera al borde del abismo.
Pero no es la única inversión de este gallego que pasa horas bajas. Pescanova, de la que tiene el 3,8% del capital, se ha visto obligada a llevar a cabo una ampliación de 100,6 millones de capital. Sus acciones han perdido casi un 20% en apenas un año.