Los clientes morosos 'pasan factura' a las cajas y duplican sus críéditos fallidos
El imparable avance de la morosidad bancaria (que ha saltado del 0,63 por ciento al 0,83 en 2007 en el sistema financiero español) está pasando una elevada factura a las entidades financieras. En concreto, las cajas de ahorros se han visto obligadas a traspasar a fallidos -prácticamente perdidos- críéditos por un importe aproximado de 1.110 millones de euros durante 2007.
Esta cifra supone prácticamente duplicar el saldo que había al cierre del ejercicio anterior, que se elevaba a 645 millones.
"Remota recuperación"
Las entidades sacan de balance este epígrafe "por considerar remota su recuperación, aunque la caja no haya interrumpido las acciones para conseguir la recuperación de los importes", tal y como define la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) en su Memoria Anual. Sin embargo, con los datos sobre la mesa, los recobros son muy escasos. En 2005, sólo se recuperaron dos de los 647 millones de saldo, mientras que en 2006 no se consiguió recuperar ni un sólo euro de críéditos fallidos.
Las subidas de tipos de interíés y el cambio de ciclo económico han hecho mella en el bolsillo de los españoles. Muchas empresas y particulares no pueden hacer frente a sus obligaciones con las entidades.
Los banqueros huyen de los impagos con potentes sistemas de gestión de riesgos, pero, en ocasiones, los morosos los sortean.
De hecho, que un cliente deje de pagar la cuota mensual de su críédito es la peor noticia que puede recibir un gestor financiero. El aumento de la morosidad (en las cajas la tasa se eleva al 0,89 por ciento) implica detraer dinero de los beneficios para cubrir los impagos.
El 'acecho' de los dudosos
La tasa de morosidad consiste en una fórmula matemática que resulta de dividir los críéditos dudosos -con impagos y retrasos- entre los críéditos totales. En este sentido, los príéstamos de dudoso cobro se elevaban a 17.133 millones de euros al cierre de 2007, según las estimaciones del Banco del España, creciendo un 50 por ciento. En el caso de las cajas, los dudosos se han disparado un 65,7 por ciento (3.077 millones de euros) para arrojar un saldo de 7.762 millones.
Los banqueros, lógicamente, prefieren antes los críéditos dudosos que los fallidos, ya que íéstos son irrecuperables en la mayoría de los casos y suponen píérdidas. Como recuerdan desde una importante caja española a elEconomista, el hecho de tener un ratio de morosidad más alto que la media no tiene porquíé ser del todo malo, ya que "es preferible contabilizarlo como de dudoso cobro antes que perderlo".
Los fallidos suponen el 0,13 por ciento de todos sus críéditos concedidos, que alcanzaron la cifra de 854.121 millones de euros en 2007.
El año pasado, las entidades de ahorro tuvieron que incrementar un 59,4 por ciento las dotaciones para insolvencias, hasta los 5.444 millones. De íéstos 1.575 millones se corresponden con los posibles impagos. Las 45 cajas de ahorro españolas han tenido que detraer esta ingenta cantidad de dinero de los beneficios del ejercicio, que ascendieron a 11.200 millones.
Pese a todo, los banqueros no se cansan de lanzar mensajes de tranquilidad y de defender la solvencia del sistema financiero español (ver más información en recuadro).
Cortar la 'hemorragia'
Sin embargo, conviene no bajar la guardia y elevar los controles del riesgo financiero, para cortar la autíéntica hemorragia que supone tanto la entrada de activos dudosos como de críéditos fallidos.
Ello sin olvidar que las agencias de calificación de riesgos han recortado el rating de algunas cajas de ahorros. Una de las últimas víctimas es Caixa Laietana, con una rebaja sobre el rating a largo plazo.
La subida de la morosidad ha provocado que un tercio del sector de cajas ya supere el 1 por ciento de morosidad (por encima de la media del sector financiero del 0,83 por ciento y más encima aún si tomamos la referencia de sus grandes rivales los bancos, que se situó en2007 en el 0,76 por ciento).
Aunque los datos son aún ínfimos, varias cajas de ahorro ya han alertado de que la morosidad se duplicará este año, incluso se triplicará, ante la crisis económica que se cierne sobre el futuro de España. Ello sin olvidar la elevada exposición de las cajas al sector inmobiliario (roza el 20 por ciento), que atraviesa una grave crisis tras cortarles las entidades el grifo.