La caída actual no es el desplome de hace un año
Publicado en Expansión por Carmen Ramos
Las caídas bursátiles han vuelto a ser portada de los telediarios, ya que lo acontecido a lo largo de la última semana ha traído a la mente de todos el desplome de los primeros meses del pasado año. Es innegable que existen similitudes, pero el trasfondo es totalmente distinto.
Vayamos por partes. Ambos retrocesos comenzaron Tras finalizar las fiestas navideñas, el 7 de enero, y el principal damnificado ha sido el sector financiero. Paralelamente, y como ocurre en todos los movimientos bruscos del mercado, la volatilidad y el volumen negociado se han disparado.
Hace un año, y a lo largo de enero, las cotizaciones de casi todos los bancos sufrieron un buen varapalo y, sin embargo, en las últimas semanas, han sido las dos grandes entidades, BBVA y Santander, las que han recibido un tremendo correctivo.
Una circunstancia que nos invita a pensar que la presión del papel no sólo obedece a los ataques vertidos por bancos de inversión y gurús, sobre la situación de nuestra economía. Sino a la realización de beneficios y al posible interíés de más de un inversor por tirar por tierra los precios de nuestras dos entidades de bandera, para tomar posiciones a precios inferiores. Lo han conseguido, ya que, de momento, sus cotizaciones cierran el mes perdiendo más de un 11%.
Sin embargo, y sabiendo que los recortes pueden continuar, creemos que las circunstancias actuales difieren de las de hace un año. Si echamos un vistazo atrás, en las primeras semanas de 2009 el desplome de sector financiero obedeció a las enormes píérdidas presentadas por los principales bancos estadounidenses y europeos.
Los españoles, y dicho sea de paso, presentaron unos sólidos beneficios, de manera que, si ahora sólo se comparan las variaciones de resultados, salen perjudicados. Las economías estaban en plena recesión y con perspectivas de ir a peor. Ahora, y al margen de que un crecimiento del 5,7% en el PIB de EEUU parezca algo irreal, la recuperación económica es una realidad.
Por tanto, creemos que la corrección actual es fruto de las revalorizaciones del pasado año. Las bolsas descontaron una recuperación que aún no ha llegado a la economía real y hay que esperar que, aunque España sea la última de la clase, nuestra renta variable seguirá a rebufo de Wall Street.