Las salidas a bolsa rondan el parquíé para captar fondos
Publicado en Expansión por C. Rosique
«Las mejores joyas son diamantes en bruto que hay que pulir». Con esta frase, Pablo Hernández-Sampelayo, director de Mercado de Capitales de Sabadell Corporate Finance, describía esta semana la riqueza que esconde buena parte del tejido empresarial español de pequeño tamaño.
Con la crisis, muchas empresas pequeñas y medianas, con gran potencial por explotar, tienen problemas para conseguir financiación y el Mercado Alternativo Bursátil (MAB) se presenta como una buena fórmula para captar fondos con los que crecer. Hay expertos que creen que 2010 será el año de las colocaciones en el MAB, pero en la rampa de salida tambiíén hay compañías que aspiran a la bolsa tradicional.
Amadeus, Mivisa, Eolia y Renovalia son algunas de las que están dando pasos en dirección al parquíé. Las cuatro primeras están participadas por firmas de capital riesgo.
Entre las pequeñas pueden esconderse las semillas de futuros Goliat. Esta semana la empresa gallega de biomedicina EuroEspes desvelaba sus planes de cotizar en el MAB. Se une así a otras que están con los preparativos, como la catalana Medcomtech, especializada en la distribución y material míédico; la tecnológica Gowex, que madura la idea, y Eurona Telecom, que va a someter a la aprobación de la junta iniciar los trámites para cotizar en este mercado. A esto se unen varias biotecnológicas que podrían estar interesadas, como Noscira.
La necesidad de financiación es clara. La duda es quíé tipo de compañías podrán atraer el interíés de los inversores. Josíé Luis Barrera, director de análisis de Banesto Bolsa, el banco colocador de las dos únicas salidas al MAB (Zinkia e Imaginarium), tiene claro que el apetito lo concentran las operaciones que implican ampliación de capital (OPS). No es el momento aún de las que son sólo ofertas de venta de accionistas que quieren vender una parte o toda su participación. Lo dijo el viernes en un acto sobre el MAB y el sector biotecnológico organizado por Asebio. Barrera tambiíén apuntó que es momento de sectores que no estíén correlacionados con el PIB español.
Enrique Quemada, consejero delegado de ONEtoONE Capital Partners, cree que las grandes OPV son más sensibles a la tendencia del mercado. «Si los mercados no se tranquilizan, muchas volverán a los cuarteles de invierno», afirma. No pasará lo mismo con las aspirantes del MAB. «Hay mucho dinero de family offices dispuesto a invertir pequeñas cantidades en empresas que ofrezcan crecimiento», asegura Quemada.
La factura de la crisis
Pero muchos inversores no olvidan el reguero de píérdidas que todavía reflejan las últimas salidas a bolsa. De la veintena de colocaciones que han desembarcado en el parquíé desde 2005 sólo dos cotizan por encima del precio al que se colocaron, Grifols y de Tíécnicas Reunidas. Suben el 150% y el 127%, respectivamente.
El resto cae, de media, un 36%. Las cuotas de la CAM pierden sólo un 1% y a partir de ahí los recortes van del 23% de Laboratorios Rovi al desplome del 95% de Afirma, antigua Astroc. El estallido de la burbuja inmobiliaria tambiíén ha dinamitado las cotizaciones de Renta Corporación y Realia, que bajan más del 70%. Solaria, que llegó a intercambirse a más de 24 euros, vale ahora 2,6 euros, un 72% menos de los 9,5 euros a los que se colocó.
Una oportunidad para crecer
«El MAB es una fórmula de entrar en bolsa para compañías que antes tenían que esperar muchos años para poder hacerlo. Permite crecer», afirma Blas Calzada, ex presidente de la CNMV y presidente del Parque de Innovación La Salle. «Si el inversor elige bien, normalmente, estas empresas dan saltos hacia arriba» indica Calzada.
Enrique Quemada, de ONEtoONE, señala que muchas empresas que necesitan financiación ahora buscan replicar su modelo en el extranjero. Un estudio presentado esta semana en la Bolsa de Madrid apuntaba que hay unas 50 pequeñas empresas que no descartan cotizar en el MAB. Pero existe cierto recelo en muchas empresas por aquello de perder el control.
Desde Sabadell Corporate Finance explican que hay compañías a las que les echa para atrás el fuerte descuento que les aplican los inversores por la falta de liquidez. Empresas, inversores y MAB reclaman al Estado incentivos fiscales para ayudar a que crezcan estos negocios.