El miedo a la deuda, real pero exagerado
por Cárpatos
A mediados de los años treinta, el Gobierno alemán encargó al presidente de Porsche un faraónico proyecto. Iba a construir en masa un coche para que todo el mundo pudiera tener uno y para ello se encargó la construcción de una gigantesca fábrica. El coche se llamaría KDF- Wagen, era muy parecido al escarabajo. Para financiar aquello se le ocurrió lo siguiente, según audivwcrewpr.com:
"Los trabajadores debían pagar por adelantado reuniendo unos cupones especiales. Por un pago mensual mínimo de 5 marcos, se obtenía un carníé donde reunir los cupones. No se disponía del coche hasta llegar a los 90 marcos, a los que había que sumar 50 marcos en el momento de la entrega y 200 en concepto de dos años de seguro (el salario medio era de unos 200 o 300 marcos mensuales). El contrato no se podía cancelar, ni transferir, y al desatender un pago se perdía todo. A pesar de estas severas condiciones, 336.688 personas firmaron el contrato". Finalmente todo el mundo perdió el dinero, y nunca tuvieron el coche.
Ojalá en aquella íépoca hubieran existido los credit default swaps, para cubrirse del impago de la fábrica, o de la no entrega del coche. Pero ahora sí que existen, y son usados por los operadores para medir cuál es el riesgo que cada país o empresa tiene. Hasta hace poco los CDS de la deuda soberana de los estados estaba muy bajo. Era lógico, era impensable que presentara default cualquier país desarrollado.
Durante toda esta semana, los CDS de la deuda soberana europea, y muy especialmente la de los llamados países perifíéricos, como España, Portugal y Grecia, se han disparado a ríécords históricos. A media mañana del viernes, hacía falta pagar casi 180.000 euros al año, durante cinco años para cubrir el riesgo de default de 10 millones de bonos españoles. Históricamente se ha demostrado que tras la crisis financiera siempre llega la crisis de la deuda. Es muy difícil que este miedo sea pasajero, aunque se está exagerando demasiado. De hecho lo sorprendente fue que se subiera antes previamente en renta variable cuando ese problema de la deuda siempre ha estado ahí. De momento, el modelo de Teun Draaisma que venimos comentando desde hace meses en esta columna sigue funcionando, y ahora lo que nos diría si el modelo sigue funcionando, es que tras la bajada, nos meteríamos en largo lateral, que puede durar mucho y donde la selección de activos será clave.
Este miedo a la deuda soberana ha atenazado a las Bolsas. Tras la píérdida de la directriz alcista desde marzo de forma general hemos tenido una fuerte bajada. Lo malo es que un simple retroceso del 38,2 % de Fibonacci de todo lo subido desde marzo, que no es gran cosa, desde el punto de vista tíécnico aún nos llevaría muy abajo, excepto en el Ibex que ya lo ha superado con creces. Estaba en 10.121. El del 50% está en 9.450. Sigue siendo momento de olvidar la Bolsa.