La Bolsa española está sufriendo un desplome mucho más acusado que las europeas o estadounidenses y en lo que va de año cede ya un 13%. Al mismo tiempo, la rentabilidad del bono español se ha disparado hasta el 4,10% y aleja el diferencial con el alemán hasta un punto básico. Todo esto no es más que el reflejo del miedo que los inversores tienen a cualquier activo de inversión que lleve el sello español. Así de claro y así de peligroso.
El economista de la London School of Economics Luis Garicano acaba de publicar en su blog "Nada es gratis" una excelente explicación de por quíé los extranjeros desconfían tanto de España. Me permito resumir aquí los puntos clave que hacen entender quíé le está pasando a nuestra economía.
- Peligro de deuda
A pesar de que el ratio deuda/PIB (nivel de endeudamiento del Tesoro respecto a nuestro PIB) es relativamente bajo en comparación con otros países (llegaremos al 66% en 2010), España tiene una excesiva dependencia a la financiación a corto plazo. Esto es, cuando el Tesoro emite deuda, lo hace mayoritariamente a travíés de letras a 3 y 6 meses, que, por otra parte, son más baratas (el interíés ronda el 3,8%). Esto se ve en el calendario de vencimientos de deuda: para este año, España tendrá que devolver 125.000 millones de eros (una cuarta parte del saldo vivo actual). ¿Cómo se devuelve tanto dinero? Emitiendo más deuda, con el riesgo que supone que, en las actuales circunstancias de incertidumbre y díéficits disparados, nadie se atreva a comprarnoslas. Garicano recuerda que Lehman Brothers tambiíén tenía un exceso de deda a corto plazo. Un día se encontró con que nadie le compraba nuevas emisiones y, por tanto, no podía devolver los vencimientos de las ya emitidas. El triste final de este banco lo conocemos todos.
- Peligro de la banca
Hasta ahora, España ha podido presumir de tener un sistema financiero robusto, pero este argumento está a punto de acabarse. Gracias a la regulación del Banco de España, las entidades se llenaron de reservas en la íépoca buena por si llegaban tiempos peores. Esas reservas han amortiguado la crisis en 2008 y 2009, pero muchos bancos y cajas están a punto de agotarlas. (No todos, algunos cuentan con un colchón suficiente para aguantar más tiempo la crisis). ¿Quíé pasará cuando una entidad agote su capital? El Estado ha creado un fondo (el Frob) para esos casos, pero dudo mucho que su actual cuantía sea suficiente para salvar a todos. Así que habrá que hacer más grande el Frob a base de nuevas emisiones de deuda. Mal asunto...
- Sin reformas estructurales
El Gobierno dice que en 2010 saldremos de la recesión. Y digo yo: ¿y quíé? España puede pasarse los próximos tres o cuatro años (siendo optimista) creciendo a un miserable ritmo del 0,5%, lo que es casi lo mismo que estar estancado. Eso impedirá crear empleo y reducir signiicativamente la tasa de paro. Nada de eso se logrará sin reformas estructurales que impidan que, en una íépoca de crisis económica, se destruya tanto empleo. Y eso tiene mucho que ver con la baja productividad de los españoles. El pasado lunes otro economista, Xavier Sala i Martí, lo advertía claramente: cobramos mucho para lo poco que producimos. Así que es hora de hacer reformas de calado, muchas de las cuales serán dolorosas pero inevitables para los trabajadores. Si el Gobierno no actúa ya, nuestra credibilidad en el exterior seguirá debilitándose, los inversores nos exigirán cada vez más interíés por financiarnos y la peligrosa bola en la que nos hemos metido se hará cada vez más grande.
- Falta de credibilidad
Garicano señala que lo más importante es la escasa transparencia que proyectamos al exterior. Apunta a las difusas cifras del mercado inmobiliario (¿cómo es posible que con un stock de 1,5 millones de viviendas sin vender los precios de las casas hayan caídosólo un 13%?). Tambiíén apunta a las cifras que ofrecen las cajas sobre sus balances, y que nadie se las termina de creer. Y a las que da el Gobierno y que continuamente se contradicen con organismos iternacionales como el FMI, Bruselas o la OCDE. Sirva de ejemplo el borrador remitido a Bruselas sobre la reforma de las pensiones. ¿Quíé tipo de Gobierno afronta un problema tan serio y relevante filtrando primero la noticia, enviando despuíés un borrador y reculando a las tres horas?
El problema de España es que nadie se cree que estemos haciendo algo para cambiar las cosas. Y es que, efectivamente, no lo estamos haciendo. Y no será porque no nos lo han advertido. He tenido la suerte de entrevistar a reputados economistas en los dos últimos años y todos dicen lo mismo: o cambiamos nuestro modelo con reformas contundentes, dolorosas y creíbles o que Dios nos coja confesados. Pero parece que en este país los sindicatos tienen el poder de decidir quíé se hace y quíé no. No son capaces de echarse a la calle cuando hay más de cuatro millones de parados pero sí amenzan con un huelga cuando se plantea alargar (y esto es algo necesario) dos años más la edad laboral.
Entre tanto, la Bolsa española seguirá cayendo más que las demás (y nuestros ahorros esfumándose) y la deuda encareciíéndose a pasos agigantados. El economista jefe de Citigroup dijo hce poco una frase que lo resume todo. "España tiene tres alternativas: dolor, quiebra o inflación".