La historia se repite, aunque esta vez al otro lado del Atlántico. Como le ocurrió antes en España, el máximo exponente del estallido de la burbuja inmobiliaria, el promotor valenciano Enrique Bañuelos, ha vuelto a superar otra vez todos los límites razonables de endeudamiento para hacerse con el control del mercado inmobiliario brasileño.
Su empresa, el grupo Agre, es ya la tercera del ranking en el país carioca, pero sus compromisos financieros crecen a velocidad de víértigo. A 30 de septiembre de 2009, la compañía sumaba ya un endeudamiento total de más de 3.000 millones de reales (unos 1.165 millones de euros), lo que supone casi el triple que un año antes.
El dato es especialmente relevante porque, con unos ingresos netos durante los nueve primeros meses del ejercicio de 437 millones de euros, la deuda equivale ya a diez veces el EBITDA (beneficio antes de intereses, impuestos y amortizaciones). En España, salvo casos absolutamente excepcionales, como el de Sacyr Vallehermoso, con un ratio que sitúa la deuda en veinte veces el EBITDA, la mayoría de las empresas del Ibex están, como muchos, en un nivel de tres o cuatro veces el EBITDA.
Deuda financiera
Es cierto que si se descuentan los pagos pendientes a proveedores o las cuentas pendientes por la adquisición de terrenos, la deuda que mantiene con la banca es mucho más pequeña -1.144 millones de reales (445 millones de euros aproximadamente)-, pero aún así es tambiíén mucho más del doble que hace justo un año.
Para Bañuelos, la buena noticia en este caso es que el grupo Agre cuenta con un patrimonio, fundamentalmente en suelo, valorado ya en 700 millones de euros y, sobre todo, que Brasil, al menos en el terreno inmobiliario, no es España y la amenaza de que estalle una burbuja, como ocurrió aquí, es muy pequeña. "Nosotros tenemos un gran díéficit inmobiliario. Hay que construir a corto plazo 7,5 millones de viviendas y el sector tiene todavía un gran recorrido", ha asegurado en declaraciones a elEconomista Claudio Garón, jefe de la oficina comercial de la Embajada brasileña en España.
Y ese es precisamente el gran sueño de Bañuelos. El empresario, al que muchos definen ya en el país sudamericano como el nuevo conquistador, cruzó el Ocíéano a finales de 2008, tras perder la mayor parte de los casi 8.000 millones de dólares que, según Forbes, llegó a tener aquí tan sólo un año y medio antes, lo que le convirtió en el tercer hombre más rico de España.
Había sacado a bolsa Astroc, la actual Afirma, en mayo de 2006 a 7 euros por acción, había visto como en febrero de 2007 cada título superaba ya los 70 euros. En menos de dos meses consiguió comprar la inmobiliaria del Banco Sabadell, así como una participación en Rayet Promociones. Su idea era tragar compañías y fusionarles para constituir una de las principales inmobiliarias españolas.
Pero su sueño se hizo añicos cuando el mercado atacó a la cotización de Astroc y estalló la burbuja inmobiliaria. Como consecuencia, se le colgó el cartel de especulador, por lo que Bañuelos recogió las maletas y se fue a probar fortuna a Brasil.
El mismo camino
Como había hecho antes en España, realizó así una pequeña inversión, de apenas 16 millones de euros, y a travíés de la firma Veremonte Participaí§oes, se hizo con el control de la pequeña inmobiliaria Agra. Con esta nueva sociedad se lanzó a por sus víctimas: empresas cuya deuda era asfixiante. Así compró el 62% del capital de la promotora Abyara por 13 millones de euros. Dos meses más tarde adquiría el control de la constructora Klabin Segall, por la que desembolsó 38 millones de euros. Dos operaciones muy lógicas si se tiene en cuenta que las dos compañías cubrían todo el proceso de construcción y promoción de viviendas. De esta manera, Bañuelos contaba con una constructora y, por otro lado, con una promotora.
Faltaba el ingrediente final que era juntar sus fuerzas empresariales en una gran empresa: Agre Amazon Group. Ahora el empresario está en la fase final de la fusión de las tres empresas. La idea es que el grupo siga cotizando en los mercado brasileños, ya que le facilita la apertura a la financiación. Si hacemos un recorrido, el empresario valenciano ha llevado a la práctica la estrategia que utilizó para levantar su imperio español al mercado brasileño. A esta conclusión tambiíén han llegado algunos inversores del país, que siguen con mucha expectación los pasos de Bañuelos, tras conocer su pasado.
