Colonial está cada vez más cerca de salvarse. Faltan sólo siete días para que se formalice la firma de su nueva etapa. El consejo de administración celebrado ayer dio el visto bueno al plan presentado ante el sindicato de bancos y cajas para reestructurar 4.900 millones de euros, una parte mayoritaria de la deuda que arrastra la inmobiliaria. Sólo unos "flecos" de última hora pueden dar al traste con el plan.
El principal de los escollos tiene que ver con BBVA y los inversores Colony y Orion Capital, que compraron la deuda de Goldman Sachs hace un par de meses. Según fuentes accionariales, existen diferencias entre ambas partes relativas a las garantías existentes sobre algunos activos financiados por la entidad azul y sobre los que los fondos de inversión no están dispuestos a tener que asumir más riesgo.
El segundo de los obstáculos de última hora afecta a una entidad pequeña dentro del sindicato, Banco de Valencia, que con una porción de deuda de 5 millones de euros ha estado exigiendo hasta el último momento salirse del proceso de restructuración, según han confirmado a este diario fuentes oficiales. Descartada esta opción, la entidad levantina aún espera que Colonial le ofrezca una solución alternativa.
A la espera de que estos asuntos queden resueltos a lo largo de la semana, Colonial tiene cerrado el plan para su salvación, que pasa fundamentalmente por convertir en acciones 1.700 millones de euros de esta deuda (el 35% del total), por segregar el negocio de gestión de suelo (valorado en unos 1.000 millones) en una nueva empresa, y por cubrir el pasivo del negocio patrimonial (2.200 millones) con los ingresos por alquiler.
Como contraprestación, las principales entidades acreedoras de Colonial (entre los que destacan Royal Bank of Scotland, Eurohypo, Calyon y los fondos Colony Capital y Orion Capital) convienen en extender a largo plazo (a un horizonte de entre cuatro y cinco años) el vencimiento de la deuda sin realizar quita alguna.
Colonial tuvo que abrir una nueva negociación sobre estos 4.900 millones de euros de deuda, el grueso del pasivo total de 6.400 millones que soporta, en junio de 2009, justo un año despuíés de alcanzar un primer acuerdo. Un poco antes, La Caixa y Banco Popular se hicieron en conjunto con un 23,8% del capital al ejecutar al ex accionista de control del grupo, Luis Portillo, por sus problemas para afrontar su endeudamiento.
Más capital en manos de bancos
En virtud del plan de refinanciación elaborado por Colonial, que está siendo asesorada por Lazard, el porcentaje de capital en manos de los bancos acreedores aumentará. La capitalización de 1.700 millones de deuda se realizará a travíés de una ampliación dirigida a nuevos inversores, aunque cuenta con el compromiso de adhesión de los bancos acreedores en caso de que no tener acogida, según informa Europa Press.
Colonial deberá convocar una junta extraordinaria para someter a la aprobación de sus socios esta ampliación y los tíérminos en los que se realizará (valor de las acciones). De ello dependerá finalmente el porcentaje de capital que quede en manos de los bancos, que habrán canjeado deuda por capital para mantener con vida a la inmobiliaria.
En virtud de la segunda 'pata' del plan, la inmobiliaria que preside Juan Josíé Bruguera articulará la deuda asociada a la promoción y suelo (el 20%, unos 1.000 millones) en una "estructura acorde con las expectativas de recuperación a largo plazo de esta actividad". Esto es, se creará una sociedad filial independiente que gestione este negocio, para el que cuenta con una cartera de 1,66 millones de metros cuadrados de terrenos.
La tercera parte de la deuda (un 45%, unos 2.200 millones) quedará vinculada a la actividad ordinaria de gestión patrimonial, un compromiso de pago que la compañía espera poder atender "fundamentalmente con la generación ordinaria de caja vía ingresos por alquileres", según la versión ofrecida ayer por fuentes oficiales a los medios.