'Spain is different' ya no vende en los mercados
Publicado en Expansión por Carmen Ramos
El fuerte varapalo que la pasada semana sufrió la renta variable, el hecho de que los bonos españoles tengan que ofrecer en torno a un 1% más que los alemanes para poder colocarse, o que el riesgo de impago del Reino de España, medido por el coste de los CDS, sea superior al de empresas privadas, ha asustado al Gobierno.
Hacia días que distintas agencias de valoración, expertos economistas y diferentes medios de comunicación estaban advirtiendo sobre la caótica situación de la economía española y riesgo que suponía para la moneda común y la recuperación de la Unión Europea.
El hecho de que se llegara a comparar la situación de España con la de Grecia hizo saltar las alarmas en Moncloa y, de inmediato, la ministra de economía y su gabinete se fueron a hacer bolos por Europa para explicar que “España es diferenteâ€. Es indiscutible que no se puede comparar el endeudamiento de nuestro país con el heleno, y así lo han puntualizado distintas agencias de riesgo, pero ha quedado claro que si no se establecen medidas drásticas, nuestra economía puede llegar a una situación peor.
El hecho de que la Unión Europea decidiera establecer un plan de ayuda a Grecia, invitó a pensar que se ayudaría a todos los países con problemas, lo que provocó que el riesgo país descendiese y las bolsas repuntaran. Un repunte que se evaporó a la primera de cambio, ya que no se trata de inyectar fondos o comprar deuda , sino de establecer una serie de medidas y controles al gobierno de Atenas para que reduzca su díéficit.
Es lógico, ya que hay que agotar las posibilidades antes de tener que rescatar a una economía, porque supone premiar la incompetencia, establecer un precedente y un enorme coste para todos los europeos. Al margen de esto, es un respiro para los mercados que Bruselas estíé dispuesto a atar corto a los países miembros y, en caso extremo, a echarles un cable.
Con estas premisas, y la debilidad de Wall Street, hay que ser realistas y considerar que nuestra bolsa tiene demasiados frentes abiertos. En tanto el Gobierno no establezca unas fíérreas reformas estructurales, no se creerá en nuestra economía y la inversión internacional estará al margen. Por tanto, no esperamos batacazos, pero tampoco alegrías.