El mercado afila las armas para castigar al euro
por Fernando Martínez en Cinco Días
Probablemente haya ahora mucha gente en Grecia que empiece a pensar que el euro ha sido un mal invento. Los problemas económicos del país mediterráneo, creados no por la pertenencia al euro, sino por su propia coyuntura, han puesto a la economía helena al borde del colapso, con múltiples consecuencias: el coste de la deuda se ha disparado, no sólo en Grecia, sino tambiíén en el resto de países perifíéricos, entre los que se incluye España, las Bolsas se han visto penalizadas -de nuevo el Ibex ha estado entre los índices más castigados- y la cotización del euro ha caído a plomo, pasando de 1,432 dólares por unidad a los que comenzó el año a situarse ahora en el entorno de 1,362, con el horizonte tíécnico de 1,35 dólares muy próximo. No es un problema coyuntural, la situación va a continuar.
"La UE no se puede permitir una suspensión de pagos de Grecia, tendría un efecto contagio que no es deseado. Pero la gestión de la reducción de los díéficit no va a ser sencilla. Hay que ser austeros y mandar un mensaje muy contundente ante la sociedad, que no es nada fácil", expone Marián Fernández, responsable de estrategia de Inversis Banco, que advierte: "El dólar seguirá siendo una moneda fuerte durante todo este año".
La resistencia social a los planes de austeridad y recorte de gasto no es de extrañar. "La gente no entiende porquíé se ha gastado tanto dinero en rescatar al sistema bancario, tanto dinero que al final ha ido a pagar bonus, tanto dinero para ayudar a quienes han cometido errores muy graves, mientras el desempleo no mejora y sigue siendo alto", subraya Christophe Donay, estratega jefe del banco suizo Pictet. En dos años, la tasa de desempleo en la UE ha pasado de poco más del 7% al 10%, una cifra que en España es prácticamente del doble.
"Hay una serie de factores fundamentales en marcha en contra del euro. En el pasado, cuando un país tenía problemas, esto solía desembocar en una salida masiva de inversores en la moneda concreta y la presión se aliviaba devaluando dicha moneda. Eso ya no es posible en la eurozona. Las soluciones son ahora más difíciles de digerir, porque impactarán en todo el área", explica Stuart Frost, gestor de Threadneedle, que pronostica una caída hasta 1,2 dólares.
El euro ha cedido terreno contra casi todos sus socios comerciales. La moneda comunitaria ha perdido un 8,6% frente al yen; un 6,5% contra el peso mexicano; un 5,3% contra el dólar canadiense; un 3,9% frente al dólar australiano; un 2% contra la libra esterlina... La excepción es el real brasileño, que se deprecia un 1,3%; pero no por míéritos europeos, sino porque la economía suramericana ha comenzado su propio proceso de enfriamiento, para mantener su competitividad exportadora; se espera que el PIB Brasil crezca entre 4% y 5%.
Esta debilidad del euro no es precisamente una mala noticia para la eurozona. El presidente francíés, Nicolás Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, ya habían manifestado públicamente su incomodidad por un tipo de cambio de 1,5 dólares. "El euro parecía sobrevalorado a medida que avanzaba la crisis y íéramos muchos los que habíamos tomado posiciones cortas", explica Roddy MacPherson, director de inversiones en la gestora británica SWIP. "Un euro más díébil puede suponer un respiro para la zona y atraer más turistas a países como Grecia, España y Portugal", añade. A comienzos de año, el consenso de mercado se inclinaba por un tipo de cambio a 12 meses vista entre 1,5 y 1,6 dólares, dado el permanente díéficit público y por cuenta corriente de EE UU. Esas previsiones están empezando a cambiar y el ajuste añadirá presión al euro.
Apuesta masiva contra el euro
Las perspectivas de debilidad del euro están provocando una apuesta masiva de los inversores especuladores contra la moneda. Febrero ya comenzó con ríécord histórico en posiciones netas cortas frente al euro, según los datos divulgados por la Comisión de Futuros y Materias Primas de EE UU. Pues bien, esas posiciones netas se incrementaron esta semana un 30%, según las cifras publicadas este viernes, hasta alcanzar 57.152 contratos netos. Una señal de cómo ven los inversores a la zona euro.
Preocupa Grecia, su deuda pública asciende a 240.000 millones, el 100% de su PIB y subiendo. Para un mortal cualquiera, el dato puede parecer mareante. Pero no lo es tanto si se tiene en cuenta que es sólo un 3,2% de todo lo que debe la eurozona. La proyección inicial de deuda pública de la zona euro para este año, según la Comisión Europea, es del 84% del PIB, unos 7,5 billones de euros; ese sí que es un número que da verdadero víértigo. La capacidad de los Gobiernos para gestionar ese ingente volumen de deuda y los eventuales problemas de financiación determinarán la evolución del euro en los próximos ejercicios.