"Las Bolsas podrían atacar los máximos anuales a corto plazo"
P. Martín Simón en Cinco Días
Tras haber desempeñado diferentes funciones directivas en Renta 4, Fortis y Beta Capital MeesPierson, Fíélix González decidió fundar su propia empresa. Así, desde mayo del año pasado es el socio director general de Capitalia Familiar, una de las empresas de asesoramiento financiero (Eafi) autorizadas en España. Pese a que la volatilidad es elevada, se muestra moderadamente optimista sobre el futuro y considera que las Bolsas volverán a máximos anuales en poco tiempo. Sin embargo, desconfía de los bancos y advierte que España se comportará peor que el resto en tíérminos relativos.
Tras la caída desde los máximos de comienzos de año, ¿es momento de entrar en Bolsa?
Desde el primer momento, vimos la corrección como una oportunidad y no como una nueva crisis. Se han tocado soportes muy importantes en Europa y Estados Unidos. Y desde ahí se han dado los primeros pasos para retomar la tendencia a la revalorización de los principales activos de más riesgo relativo: las Bolsas, las materias primas y la renta fija corporativa. Nuestro objetivo para el Standard & Poor's 500 está en los 1.200 puntos.
¿Cambia algo la subida del tipo de descuento llevada a cabo el jueves por la Reserva Federal?
En la práctica, no supone un endurecimiento real de las condiciones monetarias, pero sí un paso en la normalización de las condiciones excepcionales que se habían puesto en marcha. La Reserva Federal ha querido dejar claro que la subida de tipos esperada se producirá antes de lo que se preveía.
¿Cuándo se producirá?
Ahora se anticipa para algún momento del segundo semestre de este año. Es posible que el mercado tarde un par de sesiones en digerirlo, pero en el fondo no cambia nada en el corto plazo. Creemos que las Bolsas podrían atacar los máximos anuales en un futuro relativamente corto.
¿El Ibex 35 tambiíén?
En relativo, creo que España seguirá haciíéndolo peor. Vamos a estar muy influidos por el flujo de noticias en torno a Grecia. Un gestor de renta variable de Londres o Estados Unidos con un peso del 1% o del 2% en España tiene poco que ganar y mucho que perder. Es lógico que haya optado por vender. Tambiíén es cierto que los resultados empresariales de las grandes compañías españolas, que van a conocerse a partir del lunes y que previsiblemente serán buenos, pueden ayudar a cambiar el tono.
¿Han concluido ya los ataques de los especuladores?
No han terminado, pero ahora la situación está más racionalizada. Los problemas continúan encima de la mesa. Grecia tiene que poner en marcha todas las medidas acordadas con la UE y en España todavía no hay nada hecho.
¿Por quíé países y por quíé sectores hay que apostar?
La visión debe ser global. Hay que estar en Estados Unidos, porque es el país en el que la recuperación va más avanzada, y en sectores cíclicos. Nos gustan mucho la tecnología, las compañías industriales y no estaríamos en consumo discrecional. Tampoco queremos bancos, en ninguna parte del mundo. Hay que esperar a tener claridad sobre el modelo de la gran banca y a tener una mayor confianza en los balances de las entidades financieras.
¿Está haciendo trampas la banca española como han señalado algunos expertos?
Trampas no, pero creemos que los balances de los bancos no reflejan la gravedad de la situación del sector inmobiliario. Hay mucho críédito fallido que no está aflorando, porque se están renegociándose las condiciones o alargando los plazos para que no entren en mora.
En cuanto al mercado de divisas, ¿es previsible que continúe la debilidad del euro frente al dólar?
Los factores de fondo nos llevan a pensar que el dólar en el medio y largo plazo va a apreciarse frente al euro. Vemos una zona de equilibrio entre el 1,25 y los 1,30 dólares por euro. Lo que ocurre es que, a corto plazo, el dólar ha desplazado al yen como la divisa de financiación internacional en la que se realiza el carry trade. Por lo tanto, es posible en los próximos meses dólar pueda irse hasta el entorno de las 1,40 unidades.
Una cartera para un inversor conservador
La mayor parte del peso de una cartera de un inversor conservador debería estar en renta fija, entre un 65% y un 70%, mayoritariamente corporativa a corto plazo con una calidad crediticia alta y diversificada a travíés de fondos de inversión, "para no asumir un riesgo individual en una sola compañía". A juicio de Fíélix González, a este activo todavía le queda recorrido, aunque no repetirá la escalada de 2009.
"Tendríamos un 10% en vehículos de inversión de retorno absoluto, buscando generar una rentabilidad positiva en cualquier entorno de mercado", indica. Su fondo preferido de este tipo es el Carmignac Patrimoine.
El 20% o el 25% de la cartera restante estaría en renta variable: "Una parte en fondos de Bolsas europea y americana, y con una exposición específica a la tecnología. Además, tendríamos una selección de valores, como Telefónica, Iberdrola, Repsol, Grifols, Viscofan o Europac. En Europa, algunas ideas serían Vodafone, Fiat o una elíéctrica italiana muy pequeña llamada A2A".
En cuanto a las materias primas, el director de Capitalia Familiar apuesta por el cobre: "Una fórmula para invertir en este metal es comprar acciones de Antofagasta o Kazakhmys, dos compañías centradas en la producción de cobre".
La filosofía de no perder dinero
Las empresas de asesoramiento financiero (Eafi) aterrizaron en España de la mano de la Directiva sobre Mercados e Instrumentos Financieros (Mifid). Así se homologó la profesión de asesor financiero, que hasta el momento podía prestarse sin ningún tipo de autorización ni supervisión. De momento, hay 21 firmas inscritas en el registro de la CNMV. Capitalia Familiar fue una de las primeras y cuenta con varios rasgos diferenciadores. Uno de ellos es la filosofía de preservar el poder adquisitivo del patrimonio: "La seguridad para nosotros es clave; a partir de ahí, nuestro objetivo es ayudarle a generar una rentabilidad varios puntos por encima de lo que daría un activo sin riesgo", explica Fíélix González.
Otra diferencia de Capitalia Familiar está en la independencia: "No recibimos ningún tipo de comisión ni de incentivo de ninguna gestora ni de ningún banco; sólo cobramos de nuestros clientes. Esto permite que nuestras recomendaciones sean absolutamente asíépticas". Esta Eafi, que ofrece atención permanente a sus clientes, no requiere ningún mínimo en cuanto al patrimonio, aunque sí cobra una tarifa mínima de 250 euros al mes.