totalidad del artículo de George Soros en Financial Times, y que ha provocado una gran preocupación en el mercado:
Otmar Issing, uno de los padres del euro, correctamente establece los principios en los cuales de fundó la moneda única. Como escribió en Financial Times la semana pasada, el euro fue creado para alcanzar una unidad monetaria, pero no política. Los estados participantes establecieron un banco central común.
Este principio fue consagrado por el Tratado de Maastricht, y desde entonces ha sido rigurosamente interpretado por el Tribunal Constitucional Alemán. El euro tuvo una construcción única e inusual, cuya viabilidad está siendo actualmente probada.
La construcción es claramente errónea. Una moneda de pleno derecho requiere tanto de un Banco Central, como de un Departamento del Tesoro. Este último no necesita ser usado para fijar impuestos a los ciudadanos, pero debe estar disponible para tiempos de crisis. Cuando el sistema financiero está en peligro de colapsar, el Banco Central puede proporcionar liquidez, pero sólo un Tesoro puede resolver los problemas de solvencia. Este es un hecho bien conocido que debería haber estado claro para todos los involucrados en la creación del euro: El Sr. Issing admite que íél fue uno de los que creían que "la unión monetaria sin establecer una unión política, es como poner el carro delante de los caballos".
La Unión Europea fue creada para poner el carro antes que los caballos: estableciendo objetivos limitados, pero políticamente alcanzables y con una hoja de ruta, sabiendo muy bien que no sería suficiente y que se necesitarían medidas adicionales en el futuro. Pero por diversas razones, el proceso poco a poco se quedó en punto muerto. La UE está ahora en gran parte congelada.
Lo mismo ocurre con el euro. La crisis de 2008 puso de manifiesto el fallo en su construcción, cuando los miembros tenían que rescatar a sus sistemas bancarios de forma independiente. La crisis de la deuda griega ha llevado la situación a un punto culminante. Si los países miembros no pueden dar los siguientes pasos adelante, el euro podría desmoronarse.
La construcción original del euro postula que los miembros respeten los límites fijados por Maastricht. Sin embargo, los anteriores gobiernos griegos han violado flagrantemente los límites. El gobierno de George Papandreou, elegido en octubre pasado con el mandato de limpiar la casa, reveló que el díéficit presupuestario alcanzó el 12,7% en 2009, sorprendiendo tanto a las autoridades europeas como a los mercados.
Las autoridades europeas aceptaron un plan que permitiría reducir el díéficit gradualmente con un prime tramo del 4%, pero los mercados no estaban tranquilos. La prima de riesgo de los bonos el gobierno griego sigue rondando el 3%, privando a Grecia de la mayor parte de los beneficios de los miembros del euro Si esto continúa, existe un peligro real de que Grecia no pueda ser capaz de salir de su difícil situación. Llevar más allá los recortes presupuestarios incrementaría la depresión económica, reduciendo los ingresos impositivos y empeorando el ratio Deuda/PIB. Teniendo en cuenta ese peligro, la prima de riesgo no volverá a su nivel anterior, en ausencia de ayuda exterior.
La situación se ve agravada por el mercado de swaps de críédito, que está sesgado a favor de los que especulan sobre el fracaso de las medidas. La especulación en CDS puede conducir a un incremento de las primas de riesgo.
Reconociendo la necesidad, en la última reunión del Ecofin por primera vez los Ministros de Economía y Finanzas de la Unión se comprometieron a garantizar la estabilidad financiera en la zona euro. Pero aún no han encontrado un mecanismo para hacerlo, porque las medidas institucionales actuales no garantizan esa estabilidad. La salud más eficiente sería una medida conjunta y garantizar solidariamente la refinanciación de deuda griega, por ejemplo, el 75% de la deuda a su vencimiento, siempre que Grecia cumpla sus objetivos, y dejando a Atenas que financie el resto de sus necesidades como mejor pueda. Esto reduciría significativamente el coste de financiación, y equivaldría a medidas de príéstamo condicionadas por el FMI.
Pero esto es políticamente imposible en la actualidad, porque Alemania se opone firmemente a que servir como bolsillo profundo para cubrir el derroche de sus socios. Por lo tanto, tendrán que encontrarse acuerdos provisionales.
El gobierno de Papandreu está decidido a corregir los abusos del pasado y goza de un apoyo público notable. Ha habido protestas masivas y la resistencia de la vieja guardia del partido del gobierno, pero el público parece dispuesto a aceptar la austeridad mientras se considera que se corrigen los abusos presupuestarios, y hay un montón de abusos que corregir.
Una improvisada asistencia debería ser suficiente para Grecia, pero no para España, Italia, Portugal e Irlanda. Juntos constituyen una parte demasiado grande de la euro zona para poder ser ayudados. La supervivencia de Grecia todavía dejaría el futuro del euro en cuestión. Incluso si se supera la crisis actual, ¿quíé pasa con la próxima?. Está claro que se necesita: una vigilancia más intrusiva, medidas institucionales condicionadas. Un mercado de eurobonos organizado....la cuestión es si la voluntad política está dispuesta a dar esos pasos.