Las empresas estadounidenses que invierten en España han visto atendidas sus plegarias. El Ejecutivo español y el de Estados Unidos (EEUU) han acelerado las gestiones para renovar el tratado de doble imposición entre ambos países, que data de 1990.
Las negociaciones se habían estancado en la etapa de George W. Bush, ya que el Ministerio español de Economía no lo consideró prioritario. Pero con el afianzamiento de Barack Obama al frente de la principal potencia mundial han cambiado las tornas. A mediados de mes hubo una reunión bilateral en la que se avanzó en la idea de no perjudicar a los inversores de EEUU, según adelantaron fuentes del Gobierno estadounidense a EXPANSIí“N.
"Lo estamos negociando ya; es muy importante para fortalecer las relaciones. Hemos tenido reuniones muy buenas y productivas al más alto nivel", aseguró el secretario de Estado adjunto de EEUU para las relaciones comerciales con Europa, Juan Verde. "Hoy por hoy, muchas empresas norteamericanas prefieren llevar operaciones a terceros países más atractivos fiscalmente antes que a España. Eso ni es bueno para España ni para EEUU. Había que renegociar. El Gobierno español así lo estima tambiíén".
Este escaso atractivo de España que señala Juan Verde radica, entre otras cuestiones, en la fiscalidad de las ganancias de capital. El convenio actual penaliza a muchas compañías norteamericanas que invierten en España. "Si una empresa estadounidense transmite una participación en una sociedad española en la que participó, al menos, en un 25% durante los doce meses precedentes a la transmisión, tributaría en España", explica Cristina Alba, asociada de Baker & McKenzie. Y tributarían a un tipo del 19% por esas ganancias.
Este hecho, junto con otros aspectos negativos del convenio, hace que buena parte de la inversión de EEUU en España se realice a travíés de sociedades radicadas en otro país europeo. Mientras, las compañías españolas no tributan por las ganancias de capital derivadas de la transmisión de participaciones en sociedades de los EEUU, con la excepción de ciertas sociedades inmobiliarias. "No hay un tratamiento recíproco de esta cuestión", denuncia Alba.
La solución que se negocia pasaría, por tanto, por eliminar la tributación en la transmisión de acciones, participaciones y otros derechos de capital en casos de participación sustancial o alternativamente permitir el diferimiento de la ganancia en casos de reorganización empresarial.
í‰ste es el cambio más importante para las empresas estadounidenses y para la Cámara de Comercio de EEUU en España. Es la reforma primordial, pero no la única. Tambiíén haría falta modificar la tributación de los dividendos y de los intereses, así como de los royalties. Así se detallaba ya en un informe de dicha Cámara, elaborado por KPMG, Deloitte, Ernst & Young, PwC, Uría & Meníéndez, Garrigues y Baker & McKenzie, al que ha tenido acceso este diario.
En cuanto a los dividendos, se pide "un tipo de tributación cero para participaciones iguales o superiores al 10% mantenidas durante un plazo ininterrumpido de un año", de forma que los dividendos distribuidos a empresas de EEUU reciban el mismo tratamiento fiscal que los distribuidos a países de la UE.
Y para los intereses, la propuesta es "un tipo de tributación cero o, alternativamente, suprimir la retención, sin condiciones, para la financiación bancaria y los príéstamos entre entidades de un mismo grupo", para equiparar el convenio suscrito entre EEUU y España a otros firmados por EEUU con países de la UE. En cuanto a los cánones, los expertos piden "simplificar las categorías y agruparlas en un tipo único del 0% al 5%".
Obama y Zapatero quieren eliminar trabas comerciales
El tratado de doble imposición no será el único punto en el que EEUU y España relancen el comercio bilateral, tras una íépoca gris marcada por los desencuentros entre Zapatero y Bush. Con el asentamiento de Obama vendrá el impulso. El Departamento de Comercio de EEUU, la agencia que lidera las relaciones mercantiles de Estados Unidos con el resto del mundo, negocia con España "la creación de nuevos mecanismos de consulta por parte del sector privado con el sector público a ambos lados del Atlántico, para proponer ideas que fomenten la eliminación de barreras para los inversores y los exportadores".
Tambiíén se estudia crear un "írea Transatlántica de Comercio Libre", según revela el secretario de Estado de Comercio adjunto de EEUU para las relaciones bilaterales con Europa, Juan Verde, a EXPANSIí“N. El írea Transatlántica "es imposible a corto plazo, por motivos políticos", según Verde. Pero la Administración Obama lo ve como "un objetivo importante a mediano plazo", agrega.
El proceso de negociación aún puede durar "uno o dos años más". "Estamos de acuerdo en ponernos de acuerdo, y ya hemos empezado a definir los equipos de trabajo", subraya Verde. Además, Obama ha transmitido a su Gobierno que está "muy contento con la nueva ley de protección de datos de España".