Esta mañana el Consejero delegado de Irea, Consultora, decía que aumentar las provisiones podría provocar el efecto contrario. Si se aumentan las provisiones, los bancos pueden provocar el efecto patada hacia delante, con tal de no quedarse con más activos y tener que aumentar esas dotaciones hasta el 30%, y por lo tanto, lo que harían sería volver a refinanciar por otros dos o tres años. Esto, antes que provisionar.
El equilibrio es tan delicado que lo que puede parecer bueno se puede volver en contra en un segundo.