El consejo de administración de Iberia se reúne hoy en sesión ordinaria para analizar los resultados de la compañía durante el ejercicio de 2009 que pueden superar los 230 millones de píérdidas. Se trata del balance más negativo de la compañía aíérea española des de que fue privatizada hace más de una díécada, y uno de los peores de su historia.
El órgano de administración de la compañía no abordará el proceso de fusión con British Airways, según explicaron fuentes solventes. A pesar del clima de impaciencia que provoca en la plantilla la lentitud en la toma de cesiones sobre la integración, las mismas fuentes aseguraron que "el proceso sigue según el calendario previsto".
Según este calendario, la firma definitiva del acuerdo de fusión deberá hacerse antes de que finalice el mes de marzo.
Posteriormente tendrán que dar su visto bueno a la fusión las autoridades de la competencia en España, en el Reino Unido y en Bruselas. Tambiíén deberá pronunciarse la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ya que el grupo resultante tiene la pretensión de mantener la cotización en la Bolsa de Londres como referencia principal, pero no renuncia a que el valor se comercie en el parquíé madrileño. Las autoridades de Aviación Civil tendrán que dar igualmente su beneplácito a una fórmula operativa que mantendrá dos marcas, Iberia y British, volando en paralelo, aunque de manera coordinada.
El penúltimo paso de la integración será el acuerdo de British con sus trabajadores sobre el díéficit de los planes de pensiones de la plantilla. El pacto que se logre, antes del 31 de junio, deberá ser ratificado por Iberia en tres meses. Salvados todos estos trámites las juntas de accionistas deberán bendecir la fusión, antes de que esta se haga efectiva.