La fuga de las sicav (sociedad de inversión de capital variable) del País Vasco ha pasado ya del dicho al hecho. En las últimas semanas, cinco sociedades de inversión de grandes patrimonios vascos han tomado rumbo a Madrid para evitar el aumento de la tributación que ha impuesto la comunidad autónoma a este tipo de vehículos de inversión.
Y al menos otras veinte sociedades han anunciado ya su intención de seguir el mismo camino.
Los expertos esperan que gran parte de las otras 83 sicav que siguen domiciliadas en Vizcaya, Guipúzcoa y ílava cambien de sede de aquí a final de año.
Estas cinco sociedades –cuyos nombres no son difundidos por cuestiones de seguridad– gestionan en conjunto 51,5 millones de euros que seguirán tributando al 1% del Impuesto de Sociedades; en lugar del 28% que pagarían si siguieran en el País Vasco.
Otras cinco sicav vascas han anunciado ya su liquidación, en línea con lo que está haciendo el resto de sociedades españolas por las necesidades de liquidez, la inseguridad jurídica y la posibilidad de gestionar el dinero en mercados más flexibles como Luxemburgo e Irlanda.
Tercer mayor mercado
El País Vasco es la tercera mayor comunidad autónoma en número de sicav registradas, por detrás de Madrid y Cataluña, con un 2,7% de las sociedades de inversión para grandes patrimonios registradas en la CNMV. Madrid acapara el 84,2% de las sicav, una cifra que podría aumentar tras el cambio fiscal del País Vasco.
La desbandada de sociedades de esta región llega despuíés de que las Juntas Generales de esta comunidad decidieran igualar la tributación de las sicav a la de los sociedades mercantiles a finales de diciembre de 2009, tras el acuerdo alcanzado entre PNV, PSE y Hamaikabat, tres de las mayores fuerzas políticas de la región. El pacto llegó en un momento en el que el Gobierno se planteó tomar una medida similar a nivel nacional.
En un principio, el cambio fiscal en el País Vasco provocó una avalancha de convocatorias de juntas extraordinarias de las sicav de esta región con el fin de cambiar su domicilio fiscal.
Esta urgencia, sin embargo, tuvo sólo un componente psicológico, según los analistas fiscales consultados, ya que legalmente el cambio de domicilio puede realizarse durante todo este ejercicio y para tributar por el Impuesto sobre Sociedades fuera del País Vasco basta con que la sicav haya realizado la modificación en la fecha de devengo del impuesto: el 31 de diciembre de 2010.
Previsiblemente, muchas sociedades esperarán a su junta ordinaria, en primavera, para incluir como punto del orden del día el cambio de domicilio.
La subida de la fiscalidad a las sicav del País Vasco va a repercutir con toda probabilidad en gestoras, asesorías, bufetes de abogados vascos e incluso en la Bolsa de Bilbao, que perderán negocio, según denunciaron los propios interesados cuando las Diputaciones forales decidieron elevar el tipo al 28%. Algunas de estas firmas llegaron a tildar la decisión como una hecatombe para el País Vasco como plaza financiera.
El mayor problema para estas sociedades es que, junto con la sede, tambiíén es necesario que las sicav modifiquen su domicilio fiscal, lo que les obligará a trasladar su dirección efectiva –habitualmente desempeñada por una gestora– al lugar de su nueva sede social, Madrid en el caso de las cinco sicav que ya han tomado la decisión de mudarse.
Alternativas
Dentro de este contexto, las sociedades tienen dos opciones: que la actual gestora cambie su sede fiscal a Madrid, para mantener así su negocio; o que la sicav contrate otra firma de inversión afincada fuera del País Vasco.
Según los expertos fiscales, a la hora del pago del Impuesto de Sociedades, las Haciendas forales no plantearán probablemente ningún problema si una sicav gestionada por una entidad vasca y que ha trasladado su domicilio social si pretende tributar, por ejemplo, en Madrid. En cambio, la Agencia Tributaria sí podría exigir pruebas de que la gestión efectiva se ha trasladado tambiíén.
Nuevo entorno
1. País Vasco decidió a finales de 2009 elevar la tributación de las sicav por el Impuesto de Sociedades del 1% al 28%.
2. La Comunidad Autónoma quiso igualar con esta medida la fiscalidad de las sicav a la de las sociedades mercantiles.
3. Cinco sicav vascas ya han cambiado su sede y al menos otras veinte han anunciado su inteción de seguir el mismo camino.
4. Se espera que la gran mayoría de las 83 sicav que siguen en el País Vasco se muden a otras comunidades antes de final de año.
La tributación de las sociedades de inversión, en entredicho
La tributación de las sicav ha sido de objeto de políémica durante 2009, coincidiendo con la subida fiscal que anunció el Gobierno de la nación despuíés de verano. Grupos políticos como Ezquerra Republicana (ERC) e Izquierda Unida (IU) reclamaban un fiscalidad más dura para estas sociedades, que en la mayoría de casos son empleadas por las grandes fortunas para gestionar su patrimonio financiero. El ejecutivo optó finalmente por dejar intacta la tributación de las sicav y elevar el gravamen general de las rentas del ahorro, del 18% al 19% y al 21% en el caso de las plusvalías superiores a los 6.000 euros.
Todo apunta a que el Gobierno de Zapatero ratificará esta decisión el próximo 5 de marzo no incluyendo ningún endurecimiento fiscal sobre las sicav en el Plan Antifraude que tiene que aprobar en Consejo de Ministros.
A pesar de ello, la incertidumbre en torno a la fiscalidad de estas sociedades ha sido uno de los factores que ha provocado el cierre de sicav y que íéstas reduzcan su capital. “Hay una gran inquietud por buscar alternativas a la sicav y, desde luego, la inseguridad normativa contribuye a elloâ€, explica Miguel Irisarri, director general de A&G. Uno de los principales destinos de este capital han sido los unit linked (seguros vinculados a fondos de inversión) luxemburgueses e irlandeses, gracias a su flexibilidad a nivel legal y de inversiones. En este entorno, 2009 se saldó con 87 sicav menos. Estas sociedades han perdido 5.500 millones de euros de patrimonio en la crisis. Gran parte de esta caída de activos ha procedido de los reembolsos. Amancio Ortega, la familia Del Pino o los Polanco son algunos de los grandes inversores que han retirado grandes sumas de capital en el último año.