Sacyr Vallehermoso ha rearmado su negocio de concesiones despuíés de tener que desprenderse de Itínere el año pasado para hacer frente a sus elevados compromisos financieros.
Ahora, uno de los caballos de batalla del grupo es encontrar socios que respalden las inversiones comprometidas en España y el extranjero. En el frente de las negociaciones se encuentran los grandes fondos de infraestructuras internacionales
Gracias a la venta de Itínere (generó plusvalías por 856 millones de euros), la compañía presidida por Luis del Rivero ha podido reducir su deuda neta de 14.500 millones de euros en 2008 a 11.000 millones. De esta cantidad, 1.000 millones corresponden a las cargas asociadas a su cartera de proyectos en autopistas de peaje, hospitales, intercambiadores de transporte y concesiones ferroviarias. Una parte de estos activos se encuentran todavía en fase de diseño o construcción.
En total, Sacyr Concesiones participa en 28 proyectos de los que 18 están en operación. Este paquete de activos conforman la principal carta de presentación de la compañía, que lleva negociando meses con distintos fondos de inversión internacionales para que compren una participación significativa de su filial o aporten, de manera selectiva, capital a alguno de los proyectos en desarrollo.
Antes de finalizar 2009, Sacyr intentó vender la mitad del negocio concesional al fondo de capital riesgo KKR.
Las negociaciones no prosperaron, entre otras razones, por la dificultad para ponerse de acuerdo en el precio y en la valoración de los activos. Sacyr Concesiones facturó 92,7 millones en 2009, un 30,4% más. El ebitda alcanzó 63,6 millones, un 38,5% más. Su cartera de ingresos asciende a 31.000 millones de euros.
Pero Sacyr no ha arrojado la toalla y mantiene esa línea de trabajo activa. Entre los fondos que más suenan en el mercado destaca Alinda Capital Partners, con base en EEUU. La firma de inversión, dirigida por un grupo de ex ejecutivos de Citi, ha cerrado recientemente un segundo instrumento especializado en infraestructuras dotado con 4.000 millones de dólares (unos 2.230 millones de euros). Los responsables de Alinda consultados por EXPANSIí“N aseguran que Europa forma parte de su estrategia de inversión, pero indican que no han llegado a ningún tipo de acuerdo con compañías españolas. Entre su cartera de activos, destaca una participación en el capital de BAA, la filial de aeropuertos de Ferrovial.
Sacyr y la firma Alinda no son desconocidos. En 2008, el fondo de inversión estadounidense analizó la entrada en Itínere, aunque fue pronto descartada, ya que la constructora española tenía cerrada la transacción con un fondo de infraestructuras de Citi.
Sacyr ganó 506 millones en 2009, con unas ventas de 5.858 millones, un 9% más. La compañía es el primer accionista de Repsol, con el 20%.
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Desde Sacyr declinaron ayer hacer comentarios, pero fuentes próximas a la empresa reconocen que estas conversaciones se circunscriben a un proceso natural de reforzamiento de su estructura de capital en un momento en el que es mucho más complicado financiar proyectos de infraestructuras con mecanismos tradicionales, como el recurso al críédito bancario. Fuentes próximas a las conversaciones aseguran que la compañía española ya podría tener sobre la mesa varias ofertas vinculantes sobre uno o varios de sus activos más maduros.
El recurso de grupos españoles a los grandes fondos de infraestructuras internacionales no es exclusivo de Sacyr. En el pasado, Abertis o Ferrovial, los dos mayores gestores de infraestructuras, han echado mano de esta opción para cerrar la compra de activos en el extranjero o reforzar su estructura de capital y poder seguir invirtiendo.
Abertis se alió en 2008 con un fondo de Santander para comprar, por 700 millones de euros, las participaciones de ACS en dos autopistas de peaje en Chile.
En enero, Ferrovial, a travíés de su filial británica Amey, cerró un acuerdo estratíégico con Dutch Investment Fund (DIF), una firma holandesa que compró la mitad de su negocio de concesiones en Reino Unido. La operación permitió a la compañía controlada por la familia Del Pino eliminar de su perímetro contable deuda por valor de 120 millones de euros.
Globalvía, la filial de autopistas controlada al 50% entre FCC y Caja Madrid, es otro competidor de Sacyr en busca de socios financieros. La compañía presidida por Juan Bíéjar tiene en su horizonte la salida a bolsa, pero, a corto plazo, la prioridad es dar entrada a un tercer socio.
En el último año se han constituido fondos de inversión en infraestructuras que disponen de 70.000 millones de dólares para invertir en este tipo de proyectos. Sacyr cerró ayer a 6,3 euros por acción, un 2,9% menos.
Damm crece en la constructora
La cervecera catalana Damm, presidida por Demetrio Carceller, incrementó en 2009 su participación en Sacyr. Según consta en las cuentas anuales de la compañía, durante el pasado año se compró en bolsa un 0,5% adicional, hasta pasar a controlar el 1,2% del capital de la constructura. Según Damm, la inversión acumulada en la compañía llega a 48 millones.
Mucho más elevada es la posición en Ebro Puleva, donde Damm había invertido, hasta finales de diciembre, 137 millones de euros, hasta sumar una participación del 6,7%. Se da la circunstancia de que Carceller es consejero de Sacyr y de Puleva Biotech. Según la cervecera, las dos participaciones son inversiones financieras, por lo que figuran en el capítulo de “activos financieros disponibles para la ventaâ€, informa Sergi Saborit.