Por... Josíé A. Ruano
Tal parece el título de una novela de horror y misterio; pero no es así. Ultimamente las instituciones financieras que hacen negocios con hipotecas inmobiliarias, han decidido reducir sus píérdidas y están tomando medidas drásticas, pero perfectamente legales, que pueden causarles serios inconvenientes a quienes hayan incumplido con sus pagos, hayan abandonado sus viviendas y hasta a aquellos que hayan realizado la modalidad de venta conocida por short sale.
Los bancos están enfocados preferentemente en aquellos propietarios que han suspendido los pagos de la hipoteca que pesa sobre su vivienda y continúan haciendo pagos de otra índole, de forma regular. Al igual que lo hacen con aquellos que han utilizado el short sale para salir de una casa que ya no tiene el valor de mercado.
La lógica que emplean los financistas es la siguiente: alguien compró una propiedad y por razones ajenas a la institución financiera que realizó el príéstamo, comprende que su compra no fue buen negocio y antes de perjudicarse personalmente decide pasar el problema y la píérdida a la institución financiera. La persona titular de la propiedad emprende entonces una de estas acciones:
El titular vive en la propiedad el mayor tiempo que le es posible sin pagar la hipoteca y luego abandona el inmueble. En la mayor parte de los casos tampoco pagan el impuesto a la propiedad, el cual pasa a ser responsabilidad del dueño de la hipoteca.
El titular vive en la propiedad sin efectuar pagos y somete el inmueble a un proceso de short sale conocido tambiíén como venta corta. Mediante este proceso la institución financiera se ve obligada a negociar en desventaja la deuda existente en la hipoteca lo cual ocasiona píérdidas en el príéstamo.
Muchos estados, incluido entre ellos la Florida, dan a los poseedores de hipotecas hasta cinco años para investigar deficiencias en los pagos. Si las investigaciones arrojan razones de peso para hacer reclamaciones, la ley otorga a los bancos hasta veinte años para realizar el cobro y la opción de hacer una extensión por veinte años más, si la deuda no fue satisfecha.
Casi un tercio de los estados prohíbe continuar los esfuerzos de cobro tras un foreclosure, pero los propietarios usualmente rescinden esa protección cuando refinancian un príéstamo.
Sin embargo, la mayoría de los estados permite el cobro de los príéstamos no pagados que hayan sido realizados contra la plusvalía acumulada en la vivienda home equity loans.
Recientemente leí un informe al respecto, el cual cerraba con estas palabras del abogado floridano, especializado en bienes raíces, Larry Tolchinsky: ``Los bancos van a sacar su reporte de críédito y si usted está al corriente en sus otros pagos, ellos irán tras de usted y potencialmente lo arruinarán''.
Conclusión: Procure siempre estar asesorado por un abogado.