Se acabaron los tiempos en los que los ‘supergrupos’ de rock se permitían producir seis minutos de música al año que, a lo largo de 7 años, podían llegar a generar un disco entero (con la debida adición de músicos de estudio que nunca salen en los críéditos, productores, etcíétera). Y en que las giras servían para promocionar los discos.
Si algo ha cambiado con Internet es que la música popular ha vuelto a sus orígenes. Hay que tocar frente al público (o, al menos, hacer que se toca mientras se pone un CD). Se acabó cobrar por la música enlatada. De hecho, Apple informó el lunes de que se ha realizado la descarga número 10.000 millones de su sitio web iTunes.
Pero, a pesar de esas buenas cifras, la música online no arranca como quisiera el sector, aunque algunos grupos, como U2, han logrado convertir a sus sitios web en verdaderas fuentes de ingresos, al menos según la revista de la industria, Billboard. De hecho, el streaming, epitomizado por sitios como Spotify, es un desastre para los grupos. Entretanto, la crisis sigue. Existe la posibilidad de que la venerable EMI se vaya a la quiebra, e incluso ha habido rumores (desmentidos) de que para evitarlo estaba pensando en vender los históricos estudios de Abbey Road. Pero acaso lo mejor que podría hacer Terra Firma, el fondo de capital-riesgo que es dueño de EMI, sería organizar conciertos.
Hoy, los discos sirven para promocionar las giras. La estrategia de Coldplay de reglar el disco LeftRightLeftRightLeft, que incluía canciones de su gira en curso, parece la más acertada.
Nada deja eso más de manifiesto que la lista de Billboard sobre los ingresos de los 40 grupos y solistas de más íéxito del mundo. La lista está disponible aquí, para solaz de fans.
Pero lo verdaderamente llamativo es el desglose de los ingresos. Britney Spears, por ejemplo, ganó entre el 4 de enero de 2008 y el 3 de enero de 2009 (las cifras cuentan semanas, por lo que es muy difícil que coincidan exactamente con un año natural) 38.885.267 millones de dólares (ó 28,59 millones de euros).
De esa cifra, el 93% procedió de su gira de 97 con ciertos para promocionar su álbum ‘Circus’. El 7% restante vino de las ventas de ese álbum y los demás de su catálogo (en total, 763.000, una cifra que nos recuerda el desplome de las ventas de CDs) y de los 7,5 millones de descargas de pago.
Dinámicas similares se aplican a otros artistas de menos íéxito. Es el caso de Leonard Cohen, por ejemplo, que se pasó de gira todo 2009, los conciertos han supuesto el 96,8% de los 6,98 millones de euros que ganó (ya se sabe que la poesía suena mejor si pagan bien). Son muy pocos los que, como Bob Dylan o el italiano Andrea Bocelli, logran que más del 25% de sus ingresos aún procedan de los derechos de autor.
