Los tribunales comienzan a dar la razón a ArcelorMittal en un largo y tedioso contencioso con el estado español que duraba ya más de una díécada. La primera batalla la ha ganado la compañía propiedad del multimillonario indio Lakshmi Mittal, que se ha librado de pagar a Hacienda 40 millones de euros, según una sentencia de la Audiencia Nacional que falló a favor de rey del acero.
En concreto, el Ministerio de Hacienda le reclamaba al fabricante siderúrgico 61 millones de dólares (45 millones de euros), en concepto de impuestos, intereses y penalizaciones. Las razones del fisco español para esta exigencia es que consideraba que durante los años 1995, 1996 y 1997, ArcelorMittal (en ese momento Aceralia) se había deducido determinadas amortizaciones en su planta de Sagunto de manera incorrecta.
El argumento de Hacienda es que la planta de Sagunto no tenía una información detallada sobre los activos que amortizaba, por lo que no cumplía los requerimientos formales para poder considerar como gasto deducible esa amortización anual. Fuentes oficiales de ArcelorMittal preguntadas por esta sentencia aseguran que "es una cuestión puramente formal porque nadie plantea que esos activos no existiesen, sino si hay o no hay un defecto de forma".
Papeleo en plazo y forma
ArcelorMittal añade que "toda la documentación, tanto la legalmente necesaria como la adicionalmente demandada por la Inspección, fue entregada en el curso del procedimiento administrativo y, por consiguiente, no procede plantear la reclamación".
De momento, la Audiencia Nacional ha decidido cancelar las posibles penalizaciones en dos de los tres años en los que se produjo el conflicto 1995 y 1996, cuantificadas en 53 millones de dólares (40 millones de euros) aunque da la razón a Hacienda en el ejercicio 1997, por lo que ArcelorMittal todavía tendría que pagar al fisco español 8 millones de dólares (6 millones de euros).
El número uno de la siderurgia mundial ha dado a conocer esta sentencia hace días en la información que ha presentado primero a la SEC (el organismo supervisor de la bolsa estadounidense) y despuíés en el Informe Anual 2009 remitido a la CNMV (la institución de vigilancia bursátil española).
Tanto los abogados del Estado como ArcelorMittal han recurrido en el Tribunal Supremo la decisión. La Administración lo hace por motivos obvios y el gigante siderúrgico para que el juez tambiíén le de la razón en el ejercicio 1997. Fuentes oficiales del Ministerio de Economía y Hacienda no hicieron ningún comentario y recordaron que nunca hablan de ningún expediente porque, entre otras razones, "lo impide la Ley General Tributaria".
En el informe anual del ejercicio anterior (2008), ArcelorMittal tambiíén recoge este contencioso, aunque comenta que todavía no está resuelto y que está pendiente de la resolución de la Audiencia Nacional. En esa foto fija de las cuentas de la compañía, el importe total que le reclama el fisco español es menor: 55 millones de dólares (40 millones de euros). Seguramente por las menores penalizaciones y por el diferente cambio dólar-euro.
De Ensidesa a Arcelor-Mittal
ArcelorMittal Sagunto, antes conocida como Siderúrgica del Mediterráneo, tuvo este contratiempo con Hacienda a mediados de la díécada de los noventa, cuando pertenecía a la antigua Aceralia, compañía heredera de la Corporación Siderúrgica Integral (CSI) y de Ensidesa, que ha sufrido varias transformaciones hasta convertirse en ArcelorMittal.
La primera de ellas la experimentó a finales de los noventa, cuando el gigante luxemburguíés Arbed entró en el capital de Aceralia con la compra de 35 por ciento y se convirtió en el socio de referencia de la compañía siderúrgica.
Posteriormente, a comienzos de 2001, Aceralia y Arbed buscaron otro socio y lo encontraron en el grupo francíés Usinor. La fusión de las tres compañías dio lugar al primer fabricante de acero del mundo, bautizado como Arcelor.
El útimo paso se dió en 2006, cuando el multimillonario Lakshmi Mittal, propietario de la acerera Mittal Steel, comenzó una agresiva política de compras para coger tamaño hasta que se fijó en su principal rival, Arcelor. Tras casi un año de disputas, en el que el grupo europeo intentó fusionarse con la rusa Severstal para evitar la entrada de Mittal Steel, los directivos de la compañía con sede en Luxemburgo dieron su brazo a torcer y se fusionaron con el empresario indio.