¿Cómo evoluciona el tema del riesgo de la deuda pública de algunos países, principalmente Grecia?
Realmente, el problema está en la principal consecuencia que puede tener todo ello, es decir, un riesgo inflacionista claro.
Las Bolsas mundiales siguen acusando el miedo y temor ante ciertos datos macroeconómicos que no terminan de ser positivos (tales como la tasa de desempleo), el aumento de la deuda pública de algunos países, el posible efecto contagio a otros países, etc.
Aunque parezca una paradoja, un aumento de la inflación podría ser una posible solución para los países con alta deuda pública y con dificultades para poder afrontarla. Esto es debido a que si los precios aumentan, el coste real de los príéstamos se reduce.
Esto se traduciría en que los Bancos Centrales tendrían que marcarse un objetivo de inflación algo más elevado, con lo que de esta forma se perseguiría facilitar los pagos de las deudas.
El problema radica en que con la crisis iniciada en el 2008 y la demanda colapsada, los Bancos Centrales redujeron los tipos de interíés casi a cero, de manera que ahora las economías dependen en exceso de la política fiscal y tenemos un elevado díéficit público.
A priori es una medida razonable, mantener una inflación por encima de los niveles actuales, pero no exenta de riesgos, ya que si no se controla el aumento de la inflación, se lograrían dos efectos contraproducentes para las economías: los inversores extranjeros se irían; el dólar saldría seriamente perjudicado.
De momento, en el caso de España, el diferencial de nuestra deuda respecto a la alemana (referencia en Europa) se elevó hoy a 80 puntos en el mercado secundario de deuda pública, (ayer estaba en 75 puntos). Por tanto, las obligaciones españolas a diez años tienen un rendimiento del 3,90%, mientras que el de las alemanas es del 3,10%. Los CDS continúan calibrando la confianza que genera en los inversores las emisiones de deuda española y de momento se mantienen en la misma tasa en la que cerraron ayer.
Sin embargo, es el caso de Grecia el que sigue preocupando. Su díéficit es el más elevado de la UE, y ello ha provocado que afecte al euro, que bajó a mínimos en un año contra el yen y que el coste de protegerse de un impago en los bonos de Grecia subiera por temor a que el país necesite ayuda de la Unión Europea para evitar incumplir el pago de sus deudas. ¿Consecuencia? Seguramente en breve rebajen su calificación crediticia.
Saludos y hasta la próxima!
Fuente: Bolsa-Finanzas