Telefónica ha reunido los dos últimos días a sus 1.200 principales directivos de todo el mundo. Hoy regresarán a sus casas y lo harán con tarea por delante. Alierta les pide para 2012 facturar 70.000 millones, más de lo prometido en octubre a los analistas, llegar a 320 millones de clientes y ser la mejor teleco del mundo digital.
El fútbol ha estado muy presente en la quinta reunión que realiza Telefónica con sus principales directivos de todo el mundo. Y no sólo porque la cena del miíércoles coincidiera con el partido del Real Madrid. No. Tambiíén el Barí§a tuvo su momento de gloria en la sesión de ayer. Al igual que el entrenador blaugrana motiva a sus jugadores con proyecciones, un alto ejecutivo de Telefónica decidió hacer lo propio con los 1.200 gestores reunidos en Madrid: les puso un vídeo de Guardiola.
Y lo cierto es que hay ciertos paralelismos entre el Barcelona y Telefónica. El primero tiene el listón muy alto este año, tras acumular seis títulos la pasada temporada. Y los directivos de la segunda vuelven a casa con mucho trabajo por delante, tras unas jornadas en las que el presidente, Cíésar Alierta; el consejero delegado, Julio Linares, y los miembros del comitíé ejecutivo les han puesto los deberes para los próximos tres años.
Para empezar, se les ha pedido que se mentalicen para incrementar en 14.000 millones la facturación hasta 2012, según fuentes de los asistentes. Eso significa superar los 70.000 millones de ingresos, un 23% por encima del cierre de 2009, una cifra que supera la parte alta de la horquilla de objetivos que Telefónica dio en octubre a los analistas.
En ese momento, Telefónica presentó al mercado la previsión de crecer entre un 1% y un 4% de tasa media anual entre 2008 y 2012. Y eso da entre 60.299 y 67.788 millones para el fin del periodo, con un incremento acumulado entre el 4,06% y el 17%, con el condicionante de que la estimación es a tipos de cambio y perímetro de consolidación constantes.
Para cumplir esta meta, Alierta piensa que debe pedir más a sus ejecutivos. Y eso ha hecho. Pero no siempre da resultado. En 2006 ya impuso a sus directivos unas proyecciones financieras más elevadas que las prometidas al mercado. La facturación en 2009 debería situarse en 67.300 millones, les pidió. Pero la crisis se cruzó por delante y lo impidió. Telefónica cerró el año pasado con 56.731 millones de ingresos.
La previsión de clientes para 2012, 320 millones, que supone un alza del 21% sobre los 265 millones que tiene ahora, es, en cambio, la misma que se dio en octubre a los analistas.
Este crecimiento no vendrá sólo. Para lograrlo, Telefónica ha puesto en marcha un programa estratíégico a tres años, llamado Bravo, "destinado a acelerar el proceso de transformación necesario para asegurar, de manera eficiente y sostenible, la captura del potencial de crecimiento del sector", según la compañía. Todo ello, apoyado en cuatro pilares fundamentales: el cliente, la oferta, las plataformas y la cultura. El objetivo último es "convertir a Telefónica en la mejor compañía global de comunicaciones del mundo digital".
Esta ambición podría implicar que la operadora quiere superar a las dos telecos globales que valen más que ella en Bolsa, AT&T y Vodafone -China Mobile se dedica sólo al móvil-, pero es más una cuestión de filosofía. Ser mejor no significa necesariamente valer más, explica fuentes de la compañía.
La idea es que las personas, los negocios y los hogares son cada vez más digitales, y eso hará que las operadoras puedan ampliar sus servicios a otros ámbitos, como el financiero, la salud o el entretenimiento.
Dos líderes seguros; el resto, ya se verá
Cíésar Alierta no dudó en transmitir ayer a los directivos su visión sobre el futuro de las telecomunicaciones. Esto es cuestión de grandes jugadores, explicó, y a medio plazo sólo quedarán cuatro gigantes en telecomunicaciones. Telefónica y China Mobile estarán seguro. Las otras dos plazas se las rifarán entre AT&T, Vodafone, Verizon, Deutsche Telekom o France Tíélíécom, señaló. Y tampoco le importa si hay fusiones entre ellas, porque considera que una operación de ese tipo les hará perder tres años.
En todo momento, Alierta recalcó la idea de que Telefónica es la operadora mejor colocada para explotar las oportunidades de negocio que se abrirán en el futuro, por su posición global y su escala. Además, el nuevo programa estratíégico pondrá el acento en la transformación de la compañía hacia una empresa más unificada, a travíés del alineamiento operativo de las tres regiones en las que opera Telefónica. La intención es que la operadora tenga una aproximación local a los problemas, la regulación y los clientes, temas específicos de cada país, pero funcione como un todo en el resto.
Vivo se une al gobierno. Por otra parte, el líder de la telefonía móvil de Brasil, Vivo, filial de Telefónica, ha expresado su deseo de unirse al programa que quiere poner en marcha el Gobierno de ese país para extender a todos los ciudadanos la banda ancha. En declaraciones a Bloomberg, el consejero delegado de Vivo aseguró que la compañía está dispuesta a ofrecer banda ancha a menos de la mitad del precio medio al que la venden otras compañías si el Gobierno accede a recortarle los impuestos como contrapartida.