Las crecientes competencias fiscales que están adquiriendo las autonomías dibujan un panorama de confusión e ineficiencia para las empresas y los contribuyentes, además, en la antesala de la subida del IVA, que llega en un momento "inoportuno".
El estudio realizado por el Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF), denominado Panorama de la Fiscalidad Autonómica 2010 –presentado ayer en Madrid–, pone en evidencia un mapa tributario desigual y desordenado que muestra grandes diferencias entre territorios y que hace difícil vislumbrar cuáles serán las tendencias hacia el futuro.
Las discrepancias regulatorias se encuentran en los principales impuestos cedidos totalmente (como el de Sucesiones y el de Transmisiones Patrimoniales) y en algunos que se han cedido de forma parcial (como el IRPF o el IVA).
Según explicó Jesús Sanmartín, presidente del REAF, “las autonomías utilizan demasiado su capacidad normativaâ€, lo que provoca que las medidas introducidas “no se piensen con sosiego y tampoco se revisen los efectos de los incentivos fiscalesâ€. De forma gráfica, apuntó: “Tenemos tendencia a volvernos locos despuíés de ver tantos cambios tributariosâ€. El estudio del REAF tambiíén destaca que buena parte de las normas se aplican a muy pocos contribuyentes porque los requisitos son muy estrictos.
Disparidad normativa
Entre los ejemplos que reflejan esta disparidad normativa se puede destacar la bajada “importante†que ha introducido Cataluña en Sucesiones, un cambio que a travíés de reducciones deja en simbólica la tributación de las sucesiones pequeñas y medianas.
A su vez, Cantabria ha subido del 7% al 8% el tipo de Transmisiones Patrimoniales de inmuebles por la parte de valor que exceda de 300.000 euros. En esta línea, los cambios introducidos por las autonomías en las tarifas o en los tramos de deducciones por vivienda del IRPF hace que se hayan quedado obsoletos, al no haberse revisado.
Por otra parte, desde el REAF se calificó la subida del IVA, prevista para julio, de “mal menor†y de “momento inoportuno†para aplicarla. Según Sanmartín, “en esa política que habría que establecer para reducir el díéficit público, de subir algunos impuestos veíamos el IVA como el más aconsejable, siempre que se redujese el gasto público; es el impuesto menos inflacionario, luego quizá la subida del IVA sería la menos malaâ€.
Rodolfo Molina, vicepresidente de REAF, fue más tajante y calificó de “inoportuno†el momento para tal incremento porque “no deja de ser un problema bastante complejo tíécnicamente, no para la gran empresa sino para la pequeña y los autónomos, que en las facturas pendientes tendrán una serie de problemasâ€. Como ejemplo, citó el de que “puede hacer que haya liquidaciones no correctas, por lo que pueden aumentar las sanciones, las comprobaciones, etc.â€.
Molina añadió un segundo problema de aplicar la subida y es que se hace justo en “el trimestre de mayor potencial económico para España, la íépoca del turismo, por lo que subirá la gasolina, la hostelería, el ocio, etc,.â€.