El consumo de carne, principal alimento de los argentinos, se desplomó en forma abrupta debito a un pronunciado aumento de su precio.
Un estudio de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (CICCRA) divulgado el sábado indicó que el consumo cayó de 73,1 kilogramos anuales en 2009 a los 59 kilos en enero de 2010, el mes más reciente en que se realizaron las mediciones, equivalente a una baja del 19,3% anual.
"La escasez de oferta de hacienda disponible para enviar a faena fue lo que explicó la contracción registrada", subraya CICCRA. "Y todo indica que este proceso se extenderá al resto del año y al próximo".
El precio de la carne registró un fuerte incremento en las últimas semanas. Un kilo de asado (carne con hueso), que es el corte preferido de los argentinos, ronda el equivalente a los siete dólares, casi el triple de lo que costaba a principios de diciembre de 2009.
Para CICCRA, el abrupto aumento del precio de la carne se debe al intenso proceso de liquidación de hembras que se observó en los últimos tres años, "producto de la política antipecuaria nacional", y la fuerte sequía que se registró en las principales zonas productoras entre 2008 y 2009.
El gobierno apela a impuestos, restricciones a las importaciones y control de precios para garantizar que la ciudadanía tenga acceso a la carne.
Pero al parecer esa política no habría dado resultados por el fuerte aumento en el precio de la carne.
Con 55,3 millones de cabezas, los bovinos son más que los 41 millones de personas que habitan la Argentina.