En tiempos lejanos, nuestra humilde familia… allá en las montañas… siempre dedicada a la recoleción de uvas de comer…
De pronto se vió sorprendida al ver que el mulo (animal + vehículo transportador) del que habían dependido toda la vida, había pillado un resfriado de “aupa†que hacía temer no solo su ineficiencia porteadora, sino su entierro y “vaya usted a saberâ€.
Vinieron los míédicos de animales-no-racionales a intentar sanarlo. Tras sus análisis… y sus medidas correspondientes (inyecciones de liqui…dos, repos-os, interíés… en el asunto, palabras bonitas…)… el mulo ya ni se levantaba… casi había que meterle la comida en la boca para que no se muriera…
Menos mal que un anciano del pueblo le dijo a mi padre que buscara en las montañas unas (factor X) hierbas, y que se las pusiera al mulo en la boca dentro de un cubo.
El mulo vomitó y moqueó lo que no está escrito. [en aquellos tiempos no había vídeo ni móviles para poder grabarlo y mostrarlo].
A los cuatro días… ya estaba el mulo “en servicioâ€.
Y el “pánico colectivo-familiar†se esfumó… dando paso a la vida rutinaria de siempre…
Rutinaria, sí, pero desde aquellos tiempos no veas cómo cambió el mundo, mi vida, la del mulo… y la de todos.
Postdata: si el factor X, o el anciano (sentido común) no hubiesen hecho su efecto, nos habríamos tenido que adaptar a otra situación.