Por... CHARLES HUTZLER
BEIJING -- El gobierno de China prometió el domingo permanecer alerta a cualquiera nueva señal de crisis económica, mientras defendió eníérgicamente sus políticas monetaria, comercial y exterior como medidas más asertivas para ayudar a la recuperación económica mundial, negando que la estíé minando.
El primer ministro Wen Jiabao abordó el asunto repetidamente con Estados Unidos, cuyas relaciones con Beijing se han agriado en meses recientes. A las críticas estadounidenses de que China mantiene a su moneda por debajo de su valor real, dañando así las exportaciones norteamericanas, Wen dijo que Beijing se opone a "apuntar el dedo contra alguien o a tomar medidas para forzar" un reajuste del yuan. Igualmente, dijo que la reciente recepción ofrecida por la Casa Blanca al exiliado Dalai Lama del Tíbet, así como la venta de armas de Estados Unidos a Taiwán, "causaron una perturbación grave en las relaciones" bilaterales.
"La responsabilidad no está del lado chino, sino de Estados Unidos", dijo Wen en una conferencia de prensa en la que tocó gran variedad de asuntos. Fue su única reunión ordinaria con los medios de comunicación en todo el año. "Con confianza mutua ambos países pueden avanzar, pero con sospechas mutuas ambos se quedarán atrás", agregó.
Wen, quien es el tercero de más importancia en la jerarquía del Partido Comunista y es el principal responsable de la política económica china, habló del fuerte repunte de China tras la crisis económica mundial y de si la recuperación global actual podrá sostenerse. Citó las altas tasas de desempleo, la crisis de la deuda soberana en naciones como Grecia y los altos díéficit gubernamentales en el extranjero, mientras en China, dijo, hay preocupaciones sobre la inflación y la excesiva dependencia de los negocios a los masivos estímulos y príéstamos que China usó el año pasado para mantener el ritmo económico.
Wen habló tras el cierre de la sesión anual de la legislatura nacional, que horas antes el domingo aprobó un borrador para mantener un gasto gubernamental alto, aunque a la mitad de la tasa del año pasado, para prevenir cualquier turbulencia económica.