China ha estrechado el cerco contra las empresas extranjeras con presencia en el país. Primero fue Google y ahora los dardos han alcanzado a las firmas de ropa de lujo occidentales. La provincia de Zhejiang ha confiscado esta semana varios cargamentos de Gianni Versace, Hugo Boss o la española Zara, entre otros, según informaciones de Bloomberg.
El Gobierno chino alega que las prendas no cumplen con algunos de los estándares de calidad exigidos por el país. El departamento de Industria y Comercio de Zhejiang ha examinado 85 partidas de ropa de importación de las cuales sólo del 44% cumplía con los requisitos exigidos. En concreto se han visto afectadas 30 marcas internacionales de once países.
Algunas de las prendas no cumplían las instrucciones en cuanto a uso ni en cuanto al contenido de fibra en los tejidos, mientras que otras no cumplían con los estándares de seguridad o contenían productos químicos tóxicos. En este caso, las autoridades chinas han detectado la presencia de un producto que puede causar problemas respiratorios y en la piel y en algunos casos, derivar en cáncer.
China se ha convertido en los últimos dos años en un mercado clave para firmas de ropa de lujo occidentales por el potencial de consumo del país. Con las ventas en el país asiático, muchas de ellas esperan salir adelante de la recesión que azota a todo el mundo occidental. De hecho, China podría representar cerca del 35% del crecimiento de la industria textil mundial en 2010. Además, el mercado chino ha ido ganando atractivo para los fabricantes de productos de lujo ante el avance de millonarios y la clase media en el país.
Según las previsiones de la consultora Bain & Co. recogidas por The Wall Street Journal, el año pasado las ventas de productos de lujo en China aumentaron en un 12% el año pasado hasta alcanzar los 6.600 millones de dólares. Según el diario estadounidense, la reacción de las autoridades ha sido desproporcionada en relación con las infracciones cometidas: cerca de la mitad de las quejas se refieren al uso de las etiquetas, incluyendo las instrucciones de lavado, que no cumplen con las exigencias chinas. Además, la noticia apenas ha tenido impacto en los medios del país. El diario tambiíén señala que el impacto de las sanciones sobre las compañías será limitado, pero no así el daño de imagen generado.
Las compañías afectadas se defienden
“Es normal que algunas prendas oscuras como los vaqueros negros destiñan algo cuando son lavados. Hugo Boss distribuye los mismos productos a cualquier parte del planetaâ€, manifestaba ante Bloomberg el portavoz de la compañía. “Todos los productos de Versace se fabrican al 100% en Italia y cumplen toda la normativa internacional. El grupo ha estado operando durante más de 30 años en más de 34 paísesâ€, aseguran fuentes de este grupo de moda.
En España, el portavoz de Inditex Jesús Echevarría no quiso hacer declaraciones al portal financiero. Según el comunicado oficial chino, Zara no cumple los requisitos de instrucciones en las etiquetas en una línea de pantalones y en otros vestidos.
La propia China tambiíén se ha visto envuelta en los últimos años en una serie de escándalos sobre algunos de sus productos. En 2008, el sector lechero de la nación se vio seriamente afectado por un escándalo que afectaba a la leche infantil, infectada por un producto industrial, la melanina, cuyo uso está prohibido y que se utilizaba para dar la apariencia de un mayor contenido en proteínas.
El cerco a las empresas de ropa occidentales se produce cuando el mayor buscador de internet del mundo, Google, estudia cerrar su página en China y al tiempo que otra estadounidense, Hewlett-Packard, está bajo el escrutinio de Pekín por los problemas de algunos de sus ordenadores portátiles