Kutxa (Caja de Ahorros de Guipúzcoa) ha cerrado la venta de su filial de banca privada, Banco Madrid, a la entidad andorrana BPA, tal como adelantó El Confidencial el 3 de marzo. El propio presidente de BPA, Xavier Mayol, asistió ayer miíércoles a un comitíé de dirección de Banco Madrid donde informó a los directivos de la operación. No obstante, este acuerdo no recibirá el visto bueno del Banco de España hasta que se ratifique el convenio de doble imposición entre España y Andorra.
Aunque no ha trascendido el importe de la venta, sí se conocen algunos detalles. Según fuentes conocedoras de la misma, la integración de Banco Madrid en BPA durará entre cuatro y seis meses, y los sistemas informáticos de la entidad migrarán de los actuales, subcontratados a Kutxa, a los de BPA. Asimismo, el banco andorrano fusionará la gestora de Banco Madrid con la de Interdin, que comró a finales de 2008, incluyendo el fondo del conocido Gonzalo Lardíes (mejor gestor de Europa en 2007).
Pese a la formalización del acuerdo, íéste no está exento de riesgos. El principal es el de fuga de los agentes financieros a travíés de los que Banco Madrid canaliza el 85% del negocio de clientes. Precisamente, tambiíén ayer, la entidad mantuvo una segunda reunión con su consejo asesor, formado por los principales banqueros independientes, para informarle de la marcha del proceso de venta, según ha podido corroborar este diario. En este caso, las explicaciones no fueron más allá de lo que se sabía.
Por el tipo de relación laboral, los agentes pueden romper sus contratos con la entidad a raíz del cambio de propietario. Para evitar este tipo de situaciones, Banco Madrid ya intentó integrar a la red de agentes dentro de su plantilla con la llegada de Jesús María Iturrioz, nuevo director general tras la reestructuración acometida por Kutxa, que culminó con la salida del impulsor de Banco Madrid, Josíé Miguel López Frade, en abril de 2009. Sin embargo, la oferta no fue suficientemente atractiva.
En la actualidad, Banco Madrid asegura contar con un patrimonio de 2.400 millones de euros y 12.000 clientes, que son su único activo, puesto que la red de 17 oficinas es propiedad de Kutxa a travíés de una sociedad inmobiliaria. La entidad guipuzcoana compró la ficha de Banco Madrid a Deutsche Bank en 2001 y encargó su gestión a un equipo de profesionales ajeno a la entidad vasca. Pero la crisis de la banca privada y el fracaso de la fusión con BBK motivaron que retomara la gestión de su filial en enero del año pasado, para proceder a su reestructuración y posterior venta.
Desde entonces, la caja que preside Xabier Iturbe ha estado buscando comprador para esta unidad, pero ha encontrado bastantes dificultades en el empeño. La principal, la fuerte caída de las cifras de negocio de banca privada por culpa del desplome de los mercados en 2008 y principios de 2009, el descontento de los clientes y su preferencia por productos conservadores, con márgenes mucho menores para las entidades. Además, ha tropezado con obstáculos propios como el concurso declarado en enero por la inmobiliaria Monteverde con una deuda de 170 millones, de la que era acreedor Banco Madrid.
El cierre definitivo de la operación está paralizado por el Banco de España a la espera de que el Congreso ratifique el convenio de doble imposición alcanzado por los Gobiernos de España y Andorra. Este convenio, firmado en enero, permitirá a la Hacienda española solicitar información al Principado, que a cambio dejará de ser considerado paraíso fiscal.
