El multimillonario David Rubenstein, cofundador de Carlyle Group, una de las mayores firmas de inversión de capital privado del mundo, se mostró hoy decidido a invertir en China y descartó que su ríégimen comunista y sus prácticas en materia de derechos humanos sean un impedimento para hacerlo.
"Como hombre de negocios no puedo tomar mis decisiones de inversión basándome sólo en los principios que tiene un país, aunque es verdad que no tiene exactamente los mismos que EE.UU. o que los que a mí me gustaría. Tampoco se puede cambiar su cultura de la noche a la mañana", defendió hoy Rubenstein en un acto organizado en Nueva York por The Wall Street Journal y la escuela IESE.
Además, argumentó que "la economía china ha sido la dominante durante quince de los últimos dieciocho siglos, mientras que la estadounidense sólo será líder entre 1870 y 2035, cuando China la adelante, así que no veo por quíé tenemos que ser nosotros quienes dictemos las reglas".
Preguntando por su opinión sobre la posible salida de Google del mercado chino debido a las restricciones impuestas por las autoridades de ese país, Rubenstein reaccionó tajantemente y afirmó que la empresa "aún no ha tomado ninguna decisión y estoy seguro de que decidirá simplemente en función de sus intereses económicos".
La intención de quien ocupa el puesto 374 de la lista de Forbes de los hombres más ricos del planeta es aumentar progresivamente las inversiones en ese país de su firma de inversión, que tiene su sede en Washington.
Para ello, recientemente anunció la apertura de un fondo de cien millones de dólares emitido en yuanes y dedicado a inversiones en ese país.
"Creemos que nunca se invertirá suficiente en China", argumentó el inversor, quien destacó además que ese país, que "crecerá entre el 8 y el 10% en la próxima díécada", es "muy capitalista en muchos sentidos y muy emprendedor, así que es un sitio enormemente atractivo para invertir".
El director de gestión de Carlyle apuntó que "si queremos ser una firma de 'private equity' (inversión de capital privado) realmente global, tendremos que distribuir nuestras inversiones en función del PIB".
Por ello, anticipó que en los próximos años su firma, que ahora invierte el 50% de sus fondos en el extranjero, destinará cada vez más capital a China, India, Brasil y otras economías emergentes.
Con respecto al sector de la inversión de capital privado, en el que su firma es una de las grandes líderes mundiales, aseguró que "ha superado la mayor recesión en setenta años bastante mejor de lo que se pensaba" y recordó que de las veinte mayores entidades de la industria ninguna ha quebrado en esta crisis.
"Los fondos de pensiones de EE.UU. no metieron tanto dinero en private equity y, además, durante muchos años obtuvieron una gran rentabilidad que les ayudó a financiarse", defendió Rubenstein, quien confesó que su preocupación por la debilidad del dólar es mayor que la que le despierta la evolución de los mercados bursátiles.
En un ámbito más personal, el reputado inversor, que dice dormir unas cuatro horas diarias porque "el sueño está sobrevalorado", aseguró que dedica cerca de una cuarta parte de su tiempo a labores filantrópicas y quiere incrementar ese porcentaje progresivamente.
"No quiero ser como los antiguos egipcios a los que enterraban rodeados de sus fortunas. Quiero repartirla, y hacerlo en vida para disfrutar de sus frutos. Es algo que me gusta hacer y que creo que es positivo", explicó.
Este ex asesor de la Administración del presidente Jimmy Carter (1977-1981), que acumula una fortuna de unos 2.500 millones de dólares y nunca apoyó expresamente a ningún candidato a la actual presidencia de EE.UU., apuntó que sus servicios en el ámbito político "ya no son demandados" y señaló que el Gobierno de Barack Obama tendría que contar con más gente procedente del ámbito empresarial. EFE