El baile de fusiones entre entidades tropieza con injerencias políticas
Publicado por Expansión.
El 26 de junio de 2009 el Gobierno aprobaba mediante Real-Decreto Ley el Fondo de Reordenación Ordenada Bancaria (Frob). Despuíés de varios meses de reclamaciones de una reestructuración del sistema que permitiera la creación de entidades más solventes y una simplificación de un negocio muy atomizado, el Ejecutivo ponía en marcha un instrumento que debía dar apoyo financiero a las entidades que abordaran procesos de integración.
Sin embargo, nueve meses despuíés de su aprobación en España, y tras ser autorizado por Bruselas a finales del pasado enero, el Frob no ha conseguido impulsar la reordenación del sistema financiero. Este instrumento concluye el próximo 30 de junio, y desde diversos ámbitos se ha urgido a las cajas de ahorros a abordar sin más dilación su proceso de reconversión.
Una de las razones que más está contribuyendo a ralentizar este proceso es la influencia que mantienen las Administraciones regionales en la gestión de las cajas de ahorros. Aludiendo a la estrecha vinculación que tienen las cajas con sus regiones de origen, muchos gobiernos autonómicos han mirado con recelo, desde un principio, la posibilidad de una fusión de cualquiera de sus cajas con entidades de otras regiones. Así, por ejemplo, la Generalitat valenciana y la Xunta de Galicia manifestaron rápidamente su oposición ante los rumores de absorción de CAM y Caixa Galicia por Caja Madrid.
Procesos regionales
En cambio, los gobernantes autonómicos han mostrado una mayor predilección por empujar a sus cajas a participar en procesos regionales, que den a luz grandes cajas autonómicas. El caso más políémico es el que involucra a las cajas gallegas. La administración que dirige Alberto Núñez Feijóo se encuentra inmersa en un contencioso con el Ejecutivo central, que ha recurrido y paralizado la Ley de Cajas de Galicia aprobada por el Parlamento autonómico. Uno de los objetivos clave de esta ley es promover la integración de Caixanova y Caixa Galicia en una única entidad.
Las cajas de Castilla y León han sido tambiíén fuente de políémicas. La junta autonómica se manifestó desde un primer momento favorable a la integración de las seis entidades regionales. Pero las bondades de tal integración no fueron apreciadas por todas las entidades y tan sólo Caja Duero y Caja España trabajan actualmente en la fusión.
Con menos dificultades, se han puesto en marcha procesos de fusión regional en Andalucía o Cataluña. La comunidad presidida por Josíé Montilla es una de las que presenta una mayor concentración de cajas de ahorros. Siete de las diez cajas catalanas se involucraron en dos procesos de integración. Por un lado, Caixa Catalunya, Manresa y Tarragona. Por el otro, las cajas de Manlleu, Terrassa, Sabadell y Girona. Esta última, no obstante, se descolgó, por sorpresa, de la operación la pasada semana. Fuentes de la operación han señalado a la Diputación de Girona, con fuerte peso en la entidad, como la principal detractora del proyecto.
Integraciones virtuales
En el proceso de reordenación del sistema, las cajas de ahorros han recurrido tambiíén a la fórmula de los SIP (Sistemas Institucionales de Protección), tambiíén conocidos como fusiones frías. í‰stas presentaban, en un primer momento, la ventaja de evitar el veto de los gobiernos regionales. En este tipo de operaciones, las cajas que participan mantienen su estructura organizativa, pero unen su política de solvencia, de críédito, de recursos humanos, tienen un único ráting y consolidan sus cuentas en una entidad de nueva creación, que presumiblemente será un banco. En el plano comercial, mantienen su identidad regional para no perder arraigo entre sus clientes.
Pero los gobiernos regionales no tardaron en iniciar movimientos legislativos que les otorgaran la posibilidad de vetar tambiíén este tipo de operaciones, y no perder así capacidad de influencia en las cajas de su región. Andalucía, Madrid o Galicia fueron los primeros gobiernos autonómicos en tomar cartas en el asunto. De este modo, las integraciones mediante este sistema han llegado a verse, tambiíén, amenazadas por injerencias políticas.
Banca Cívica
Uno de los primeros proyectos de este tipo ha sido el de Banca Cívica, impulsado por Caja Navarra, junto a CajaCanarias. A íéste han estudiado sumarse diversas entidades como Sa Nostra, que finalmente se ha descolgado, o Caja Burgos, Caja ívila y Caja Segovia.
Estas tres últimas han tenido que sortear, no obstante, la escasa predisposición de las entidades locales y regionales para dar el visto bueno a la operación. Finalmente, según fuentes próximas a la operación, las presiones del Banco de España hicieron ceder a las autoridades políticas y la aprobación del proyecto por parte de estas entidades parece sólo cuestión de tiempo.
Las uniones interregionales no logran abrirse paso en el nuevo panorama
El pasado mes de febrero, el hasta esta semana, presidente de la Confederación Española de las Cajas de Ahorros (Ceca), Juan Ramón Quintás, alertaba de la dificultad casi insuperable de llevar adelante fusiones interregionales, debido a la posibilidad de veto con que cuentan las Comunidades Autónomas ante este tipo de operaciones. En su opinión, la correcta reordenación del sistema no será posible hasta que se aborde la reforma de la Lorca (Ley de í“rganos Rectores de las Cajas de Ahorros).
Lo cierto es que, hasta el momento, apenas se han producido movimientos entre entidades de diferente región. La andaluza Cajasol y la castellano-manchega Caja Guadalajara trabajan en la actualidad en su integración. Un caso diferente es la absorción de la intervenida Caja Castilla-La Mancha por Cajastur. La mayor operación interregional, hasta la fecha, es la impulsada por Caja Navarra, junto a CajaCanarias, y a la que se han sumado las castellano-manchegas Caja de ívila, Caja Burgos y Caja Segovia, mediante el procedimiento de un SIP (Sistema Institucional de Protección).
Por contra, la mayor parte de las operaciones de fusión en marcha involucran a cajas de una misma comunidad. Esta tendencia choca frontalmente con la opinión de los expertos, que consideran que las fusiones entre entidades de una misma región generan importantes costes sociales, por el alto grado de duplicidades, concentración del riesgo y solapamiento de oficinas.
La reordenación avanza despacio
FROB
El Gobierno proyectó el pasado junio el Fondo de Reordenación Ordenada Bancaria (Frob) como el instrumento que debía facilitar las operaciones que dibujaran el nuevo panorama de las cajas. Tras una tensa espera, Bruselas lo autorizó en enero.
URGENCIA
La Unión Europa aprobó el Frob con vigencia hasta el próximo 30 de junio. Pese a lo limitado de su validez, las operaciones no terminan de concretarse y desde diversos ámbitos se ha instado a las cajas de ahorros a abordar sin dilaciones el proceso de fusiones.
INTERFERENCIAS
Muchos gobiernos regionales han hecho patentes sus recelos ante la posibilidad de que las cajas de su región participen en operaciones con cajas de otra comunidad. Ante la parálisis que las interferencias políticas está causando al proceso de reordenación, el Banco de España ha amenazado con intervenir las cajas que no saneen su situación.