Uno de los escollos para llevar a buen puerto la capitalización de Prisa mediante su intercambio accionarial con la estadounidense Liberty es la exigencia por parte de esta última de que la española consiga el plácet de la banca acreedora al acuerdo. Según los tíérminos de íéste, los 40 bancos integrantes del príéstamo sindicado por valor de 1.600 millones concedido hace cinco años, debían aceptar los tíérminos de la operación antes del pasado 15 de marzo. Sin embargo, la fecha límite se ha retrasado hasta el día 5 de abril, según han comunicado ambas empresas a los organismos reguladores, en documentos del día 17 y 18.
Fuentes de dos de los principales bancos acreedores de Prisa han asegurado a El Confidencial que el próximo día 30 habrá una reunión que dará el visto bueno al acuerdo, aunque no han querido desvelar las nuevas condiciones de pago. “Llevamos meses de negociaciones y Prisa ha cumplido con lo que se le ha exigido, fundamentalmente la venta de activos y la capitalizaciónâ€, asegura uno de los banqueros. “En estos casos, si alguno se mueve no sale la foto, y todo el mundo es consciente de lo que se juega en el envite. No habrá sorpresas despuíés de lo hablado y negociadoâ€, confirma el otro.
El primer príéstamo sindicado se firmó el 19 de mayo de 2005 con el HSBC como banco agente, y la gran banca y las dos grandes cajas españolas como directores, además de Citi, Natixis, Calyon, BNP y Royal Bank of Scotland. El principal suma 1.600 millones, y vence en 2013.
Dos años despuíés y para poder financiar la compra de Sogecable, Prisa contrajo una nueva deuda, esta vez por valor de 1.950 millones en un príéstamo sindicado puente, que se preveía pagar a corto plazo. Los principales acreedores fueron los mismos, entre los españoles, descolgándose solamente el BBVA; a los que se sumaron HSBC, Natixis y BNP. La imposibilidad de cumplir con los pagos ha forzado la consecución de prórrogas y el aporte de garantías adicionales por Prisa.
Un respiro para Prisa
El grupo español tiene autorización por parte de Liberty para aumentar en 250 millones de euros su endeudamiento, lo que permitiría a Prisa, si se viera obligado, a cancelar la deuda con alguna entidad pequeña.
Una vez que se consiga el plácet bancario, los escollos que deben superar Liberty y Prisa son los mismos: el acuerdo de sus accionistas. Si la cotización del grupo español de medios no mejora sustancialmente, se puede producir el fiasco. Cuando se anunció la operación, Prisa cotizaba a 3,30 euros y ha cerrado la semana en 2,64 euros, lo que supone un descenso del 20%, que mayor aún sobre el precio de canje pactado con Liberty, de 3,52. Dado que el acuerdo estriba en que Prisa obtiene 640 millones de euros de caja de Liberty a cambio de dar títulos a los accionistas de la americana, estos últimos podrían renunciar a la operación, que se vendría abajo si piden el reembolso accionistas que representen el 30% del capital. No obstante, dicho reembolso está cifrado en 9,82 dólares, y la acción cotizaba el viernes a 9,90 dólares. Es decir, que el mercado apuesta todavía por la operación.
Tampoco los accionistas minoritarios de Prisa pueden sentirse satisfechos, ya que se les retira no muy ortodoxamente el derecho de suscripción preferente para el canje con Liberty, y se les trata de endulzar la operación con una segunda ampliación, de 45 millones de euros, a un precio de 3,08, por lo que ahora nadie la suscribiría, y todo ello porque los mayoritarios, con el 70% del capital, no quieren poner dinero aunque sí mantener el control, aunque sea sólo con el 30% del capital. Las juntas en las que deben aprobarse los acuerdos está previsto que se celebren a finales de mayo o primeros de junio, por lo que todavía hay tiempo de que la acción remonte.