El Ministerio de Industria se ha propuesto acelerar la rebaja de subvenciones a las energías renovables y, en particular, a las fotovoltaicas, con un tijeretazo que podría llegar al 40%.
Es mucho más que la horquilla del 15%-25% que el propio sector baraja y que estaría dispuesto a asumir, consciente de que es mejor autoaplicarse remedios que esperar a que el Gobierno imponga medicina intensiva.
La políémica de las primas a la generación especial es un debate creciente y, progresivamente, las fotovoltaicas se han colocado en el centro del huracán. Fuentes cercanas al Gobierno aseguran que se prepara una rebaja «sustancial», que se justifica por la importante reducción de los costes de equipos que ha experimentado esta tecnología en los dos últimos años.
En el mercado, actualmente, las placas solares son en torno a un 50% más baratas, pero, aun así, este segmento –junto a la termosolar– es el que más subvenciones recibe.
Gran crecimiento
Según datos de la Comisión Nacional de Energía (CNE), el sector fotovoltaico alcanzó los 3.501 megavatios (MW) instalados en 2009, asumiendo un volumen de primas de 2.330 millones (la mitad de los 5.000 millones que cobraron todas las energías verdes). Concretamente, su precio fue de 46,721 cíéntimos por kilovatio hora, más de cuatro veces la media.
El recorte de las ayudas a las renovables y, en especial, a las fotovoltaicas sería un nuevo intento del Gobierno de poner coto a un sector que, al calor de las primas, creció exponencialmente de 2004 a 2008. Sólo en ese periodo, pasaron de 24 a 3.463 MW. En el caso de la eólica, el salto fue de 8.504 a 16.740 MW.
Así, desde 2008, el Gobierno ha probado diversas medidas para poner orden en el crecimiento, al fin de evitar que el sector muera de íéxito, ya que el coste de las primas podría hacer insostenible el sistema elíéctrico. La gran crítica, al margen de otras incongruencias de un Ejecutivo que se declara pro-renovable, es la inseguridad jurídica que ha provocado con los continuos cambios de normativa y el consiguiente frenazo a esta industria mediante la imposición de restrictivos cupos.
En el real decreto 1578/ 2008, que creó el modelo de preasignación para la fotovoltaica, se recortaron hasta un 35% las primas y se fijaron cupos anuales (500 MW entre techo y suelo), incluyendo un mecanismo reductor progresivo de subvenciones hasta 2012.
Es, precisamente, sobre esa regulación sobre la que se quiere volver a incidir, acelerando la disminución de las ayudas de un solo golpe. Se baraja la fecha de julio, haciíéndola coincidir con otras decisiones energíéticas, como la revisión de tarifas elíéctricas al usuario final, o el propio reparto del segundo cupo trimestral fotovoltaico.
Un asunto que estudia a fondo Industria es dónde trazar la línea: si en las futuras adjudicaciones o en los parques que empiecen a evacuar, lo cual apunta en cierto modo a la retroactividad. De momento, según señalan fuentes del sector, la iniciativa del Gobierno es un mero tanteo, pero que se convertirá en un intenso tira y afloja.
Otras tecnologías
Aunque, en menor medida, el debate tambiíén ha llegado a otras tecnologías como la eólica y la termosolar. En el primer caso, se debe a que las primas que cobran son las más bajas (8,5 cíéntimos por kilovatio hora); aunque el coste de los aerogeneradores ha descendido un 20% en el último año por la menor demanda. Y, en el segundo, porque se trata de una tecnología incipiente, cuya construcción es muy cara (la inversión por planta es de 300 millones).
Desde este último sector, consideran «inconcebible» que cuando en mayo les obligaron a tener comprados los equipos y cerrada la financiación para todos los proyectos hasta 2013, les cambien ahora la retribución. Asimismo, apuntan a una campaña del sector elíéctrico convencional, «que ve cómo las renovables les quitan protagonismo en el mix y les bajan el precio de la electricidad en el pool».
Sin discernir quíé tecnologías, lo que parece claro es que va a haber rebaja, tal como propuso el Gobierno en su propuesta de medidas anticrisis, en el que incluyó una revisión de primas antes de diciembre.
La sombra de las subastas como un modelo de adjudicación
El cambio de primas no es el único punto caliente actual en el sector de las renovables. El Gobierno tambiíén está tanteando diversas fórmulas de retribución, que ya podrían ser tenidas en cuenta en la elaboración del próximo plan energíético, más conocido como PER.
Dentro de los diferentes modelos que se barajan, está el de las subastas. Este míétodo sería el típico de los concursos, en los que concurren varios promotores y se le adjudica el proyecto al que presenta la mejor oferta. Tanto eólicos, como termosolares, lo descartan totalmente, pues consideran que se podrían producir bajas temerarias. Consideran que el mercado no está preparado: «Muchas veces entrarían kamikazes con promesas arriesgadas que no se podrían cumplir o bien se produciría un oligopolio de grandes empresas».
En cambio, la industria fotovoltaica sí está a favor de este sistema, siempre y cuando se abra más el cupo. El modelo americano, con incentivos fiscales a la inversión, es otra de las opciones, pero tampoco parece tener mucha acogida. Por su lado, las comunidades autónomas reclaman su parcela, pues con el registro se les quitó toda posibilidad de definir sus planes energíéticos. En este sentido, otra de las posibilidades sería establecer cuotas regionales al sistema de preasignación actual.
Un sector en tiempos revueltos
1- Las renovables en general y la fotovoltaica en particular viven tiempos revueltos. El Gobierno intenta introducir con calzador una normativa que ponga orden al desbocado crecimiento de los últimos años. La pregunta es cómo debe ser el modelo energíético del país.
2- El sector de renovables es consciente de que los tiempos de vino y rosas, y grandes subvenciones, no pueden volver. Está dispuesto a ajustarse el cinturón, pero reclama una transición paulatina, y no un brusco frenazo que paralice a toda la industria.
3- Además de las primas, hay más leyes que prepara el Gobierno para introducir orden en el sector, como, por ejemplo, una normativa para vigilar la calidad de las instalaciones fotovoltaicas, o para lograr que íéstas estíén coordinadas con Red Elíéctrica.