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Autor Tema: Trabajo dice que el 80% de los nuevos parados tendrá difí­cil encontrar empleo  (Leído 937 veces)

Zorro

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Trabajo dice que el 80% de los nuevos parados tendrá difí­cil encontrar empleo
 
 El Plan de Recolocaciones que prometió el ministro de Trabajo , Jesús Caldera, el mismo dí­a en que el paro registrado en las oficinas de los Servicios Públicos de Empleo marcaba su mayor subida de la historia será al final, básicamente, un plan de formación. Y es que sus informes admiten que sólo uno de cada cinco tiene opciones "altas" de volver a ser contratado.

La pretensión inicial del Ejecutivo no terminó de cuajar. Intentó volcar, dentro de una suerte de plan de choque, todos los recursos de los Servicios Públicos para facilitar la puesta en contacto de las decenas de miles de trabajadores rebotados del sector de la construcción por la crisis del sector residencial con las empresas que no logran dar cobertura a sus vacantes y casar, así­, la oferta sobrante de mano de obra con la demanda existente.


Cabos sueltos

Y la razón por la que no lo hizo fue que al Ministerio de Trabajo se le olvidó tener en cuenta un pequeño pero fundamental detalle: el bajo nivel de cualificación de los trabajadores expulsados por la crisis inmobiliaria. Según sus propios informes internos, a los que ha tenido acceso elEconomista, de los 81.007 nuevos parados generados en el sector durante los últimos doce meses, los tíécnicos del Ministerio apenas conceden posibilidades de acomodarse en un nuevo puesto de trabajo a 15.433.

O lo que es lo mismo, de cada diez personas que han perdido su empleo en este periodo, ocho tienen pocas o ninguna posibilidad de encontrar otro trabajo dado su nivel de formación o cualificación. Lo que en sus informes Trabajo llama ocupabilidad.

No es un problema que afecte sólo a los desempleados adscritos al sector del ladrillo. En general, la mitad de los 2,3 millones de parados que hay hoy en España tienen pocas o muy pocas opciones de volver a ocuparse y alrededor de un 30 por ciento más no tienen un perfil que les díé muchas posibilidades de volver a ser contratados.


De la obra al mercado

Aun así­, la redacción inicial del Plan de Recolocaciones del Gobierno identifica hasta 36 posibles ocupaciones donde estos nuevos parados se podrí­an recolocar. En opinión del equipo del ministro Caldera, los peones que hasta ahora levantaban muros de ladrillo y cemento en las obras son fácilmente recolocables como matarifes en la industria cárnica, conductores de vehí­culos pesados, vigilantes de seguridad o pescaderos.

No ven tampoco grandes obstáculos para que puedan aparcar la llana o la pala y se ganen la vida como pinches de cocina, reponedores de hipermercados o pastores. Es decir, en alguno de los oficios que el catálogo de profesiones de difí­cil ocupación identifica como profesión generadora de empleo.

Tal es la confianza del Gobierno en que la transición desde la obra a cualquiera de estos oficios es posible que ha comunicado a los agentes sociales que está dispuesto a gastarse 49 millones de euros para garantizar que en cada Oficina de Empleo del paí­s haya como mí­nimo dos orientadores profesionales que asesoren individualmente a cada parado sobre quíé oficio o quíé curso de formación le conviene más.

Ha tenido que pasar cuando el paro ya ha encendido todas las alarmas, pero Trabajo parece estar ahora dispuesto a poner en marcha una idea pactada ya en 2003 y que hasta ahora dormí­a el sueño de los justos: los itinerarios personalizados de formación para los parados, especialmente los de larga duración.


200 millones para formar

Es lo que Jesús Caldera ha dado en llamar los cursos-pasarela, que vendrí­an a ser como los tí­picos cursos de formación pero con una carga de intención añadida. La idea es que una vez que finalice el curso, el desempleado de turno estíé preparado para empezar a trabajar en uno de esos oficios en los que hay vacantes disponibles.

Algo que, en principio, deberí­a ser el objetivo de cualquier curso de formación, pero para lo que el Gobierno está dispuesto a destinar 150 millones de euros más de los inicialmente previstos. Un críédito que será distribuido entre las comunidades autónomas, que son las que tienen competencia para las polí­ticas activas de empleo, previo acuerdo de la Conferencia Sectorial de Empleo.

El reparto de los medios económicos -dinero para formación y para la contratación de orientadores profesionales- y humanos -destino de los orientadores- se decidirá en función de las necesidades de cada territorio, de modo que se hará un mayor esfuerzo en las autonomí­as más castigadas por la crecida del empleo durante los últimos meses. En la última reunión, sindicatos y empresarios pidieron al Gobierno que el plan de choque se convirtiera en permanente.