Telefónica es más atractiva que cualquier activo de plazo fijo
Publicado en Expansión por Josíé A. Fernández Hódar
Los resultados correspondientes al pasado ejercicio han estado por encima de lo pronosticado por las firmas de análisis. Las previsiones para el ejercicio en curso, que parte de 264,6 millones de clientes, son muy prudentes, con crecimientos netos tanto en los ingresos, que mejorarán entre el 1% y el 4%, como en el beneficio bruto de explotación (ebitda) que se elevará entre el 1% y el 3%.
El compromiso de la compañía es cerrar 2010 con un beneficio por acción (BPA) de 2,10 euros, frente a los 1,75 euros obtenidos en 2009. Es probable que para cumplir este objetivo tenga que llevar a cabo alguna desinversión en activos no estratíégicos, pero no se pone en duda la posibilidad de que lo cumpla.
Un BPA de 2,10 euros, supone que al precio de cierre de marzo –17,54 euros– se están pagando en bolsa 8,35 veces beneficios, un PER que permite calificar el precio actual de las acciones como barato.
La compañía dispone de uno de los perfiles más internacionales del sector al generar más de un 60% de su negocio fuera de su mercado nacional, y es el operador de referencia en el mercado de habla hispano-portuguesa.
El grupo ocupa la tercera posición en el sector de telecomunicaciones a nivel mundial por capitalización bursátil, la primera como operador europeo integrado.
Como cualquier inversión en bolsa tiene dos riesgos: uno de mercado, otro financiero.
El de mercado no tiene que preocupar al inversor. Si hay una caída bursátil baja todo, pero no teniendo riesgo financiero, y Telefónica no lo tiene, los precios se recuperan y siguen subiendo.
La compañía abonará este año a sus accionistas 1,40 euros brutos por acción, lo que supone una rentabilidad del 7,98%, e irá incrementándolo para alcanzar los 1,75 euros en 2012, que al precio actual de las acciones supone un 9,97%. No hay activo que pueda hoy competir con estas rentabilidades. Es un valor para invertir a tres años vista, como si fuese un plazo fijo, y no preocuparse de la evolución de la cotización.