La institución bendice las reformas de la regulación financiera que están en tramitación en Europa y Estados Unidos aunque advierte que su falta de "detalle" impide analizar si este "arsenal" de medidas será "aplicable" e incluso "deseable" para la estabilidad del sistema.
La arquitectura del sistema financiero internacional está en juego, algo que inquieta al Fondo Monetario Internacional (FMI). La institución dirigida por Dominique Strauss-Kahn coincide con los gobiernos de las mayores economías del mundo en la necesidad de actualizar la supervisión y regulación del sector financiero para, de este modo, combatir la existencia de entidades financieras demasiado grandes e interconectadas, cuyas dificultades pueden poner en peligro la estabilidad del sistema. Los proyectos que están en tramitación en EEUU y en Europa quieren impedir nuevas turbulencias y crisis en el futuro con la creación de organismos especializados en la vigilancia del riesgo sistíémico.
Pero el fondo considera que existe una "incertidumbre considerable" sobre el modo en que las propuestas de las administraciones se aplicarán en la práctica. Además, el FMI cree que es necesario "considerar" míétodos más directos para combatir el riesgo, más allá de la especialización de los organismos reguladores, como "la introducción de nuevos requerimientos de capital, la aplicación de impuestos bancarios vinculados a la contribución que las entidades supongan al riesgo sistíémico e incluso la introducción de límites a ciertos tipos de actividades" de la banca. El fondo tambiíén ve con buenos ojos imponer "restricciones al endeudamiento" del sector. Así consta en los primeros capítulos del Informe sobre la Estabilidad financiera internacional, presentado hoy por la entidad.
Parte de estas medidas están en estudio en países como EEUU, que aplicará un impuesto a las entidades financieras para costear los rescates bancarios y que planea implantar restricciones a las inversiones y a la actividad de la banca, como las operaciones por cuenta propia y no en representación de los clientes y el negocio de hedge funds y capital riesgo.
Juan Solíé, economista de la división de Asuntos Monetarios y de Mercados de capitales del FMI, ha asegurado que limitar la actividad de la banca es una medida que "está ahí" y se está "discutiendo. El jurado todavía está reunido y hace falta un mayor análisis", cree Solíé, que asegura que su aplicación puede tener un impacto significativo para el sector financiero.
El fondo cree que es necesaria una mayor coordinación internacional para combatir el riesgo sistíémico. "Los reguladores deben tener la información adecuada para realizar su labor y hemos detectado que existen lagunas en el ámbito internacional que deben resolverse. Sin esta medida, va a ser difícil que se puede detectar la vulnerabilidad del sistema", afirma Laura Kroes, del FMI.
En su opinión, tambiíén es necesario definir cuándo se aplican las reformas de la regulación. "No necesariamente tiene que ser en el momento en que la economía del mundo está intentando su recuperación".
El informe, cuyo contenido íntegro se presentará la próxima semana en Washington, advierte que la liquidez inyectada en los mercados desde 2007 puede suponer problemas para los países que no originaron la crisis. Estos gobiernos deben adoptar medidas para que el exceso de liquidez no produzca inflación y burbujas de precios en los activos.