Era como un pasadizo secreto en Wall Street, un canal secreto que permitió el flujo de miles de millones de dólares a travíés de Lehman Brothers.
En los años previos al colapso Lehman empleó una pequeña compañía, su “alter egoâ€, en palabras de un ex corredor de la firma, para sacar inversiones de sus libros. La firma, denominada Hudson Castle, jugó un papel crucial tras bambalinas en Lehman, de acuerdo con documentos internos y entrevistas con ex empleados.
La relación suscita nuevas preguntas sobre la magnitud de las maniobras de Lehman para oscurecer su situación financiera antes de caer en bancarrota.
Hudson Castle parecía un negocio independiente, pero estaba enlazado profundamente con Lehman. Durante años su consejo fue controlado por Lehman, dueña de 25% de la firma. Tambiíén estaba integrada por ex empleados de Lehman, pero íésta empresa nunca lo reveló.
Entidades como Hudson Castle son parte de amplio sistema financiero que opera a la sombra de Wall Street, en gran medida fuera del alcance de los reguladores bancarios. Estas entidades permiten a los bancos cambiar inversiones por efectivo para financiar sus operaciones y, a veces, hacer lucir sus finanzas más fuertes de lo que son.
Críticos afirman que tales tratos permitieron a Lehman y otros bancos transferir en forma temporal su exposición a inversiones de riesgo vinculadas con hipotecas subprime y bienes raíces comerciales. Todavía ahora, a un año y medio del colapso de Lehman, grandes bancos efectúan tales transacciones con negocios cuyos nombres, como Hudson Castle, rara vez figuran más allá de notas al pie de plana de declaraciones financieras.
La Comisión de la Bolsa investiga varias tácticas creativas de príéstamos que emplearon unas 20 compañías financieras. Un comitíé legislativo que examina la crisis financiera tambiíén investigará tales tratos en una audiencia en mayo para concentrarse en Lehman y Bear Stearns, de acuerdo con dos personas cercanas al caso.
La mayoría de estas transacciones son legales, pero algunas de Lehman cruzaron la línea, según la versión de la quiebra del banco preparada por los examinadores. En ese reporte no se menciona a Hudson Castle, pero se afirma que algunas prácticas contables de Lehman eran “materialmente engañosoâ€.
Millonarias transacciones En varios momentos Lehman realizó transacciones por más de mil millones de dólares con vehículos de Hudson, pero no está claro cuánto dinero estuvo involucrado desde 2001.
Algunos expertos contables señalan que se necesita luz en el sombrío sistema financiero.
La historia de Lehman y Hudson Castle comienza en 2001, cuando la burbuja de la vivienda empezaba apenas a inflarse. Ese año Lehman gastó 7 millones de dólares en la compra de pequeña compañía financiera, IBEX Capital Markets, que se convirtió luego en Hudson Castle.
Desde el principio Hudson Castle vivió a la sombra de Lehman. Según un memorándum, Lehman ejercía desusado control en la firma y servía “como un ‘portero’ interno y externo de todas las actividades comerciales que realizaba la firma†.
Kyle Miller, quien trabajó en Lehman, propuso a íésta que sus inversiones en Hudson Castle le darían al banco y sus clientes acceso a servicios financieros, al tiempo que evitaban el riesgo de “plazos fatales†si algunos de los tratos se perdía. Tambiíén reduciría la “obligación moral†de Lehman de apoyar sus negocios con píérdidas. Miller se volvió presidente de Hudson Castle y se llevó con íél a varios empleados de Lehman.
A travíés de un vocero, Miller declinó hacer comentarios. El vocero aclaró que para 2004 la relación entre ambas firmas había evolucionado y ya “todas las decisiones de financiamiento de Hudson Castle las hacía solamente el equipo administrativo y Lehman Brothers ya no tenía influencia en esas decisiones.
Empero, Lehman nunca mencionó este arreglo a sus accionistas. Tampoco Moody’s mencionó los oficios de Hudson Castle en sus calificaciones de críédito. Ex empleados de Lehman, que no pueden dar sus nombres, dan versiones contradictorias sobre la relación.
Uno dijo que la compra de Hudson Castle fue para competir con grandes bancos comerciales como Citigroup, otro dijo que desconfió del acuerdo porque “Lehman quería tener una compañía bajo controlâ€.