El sector financiero vuelve a dar la nota
Publicado por Carmen Ramos
La pasada semana las bolsas celebraron que la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional tenían preparado el plan de ayuda para evitar el colapso de la economía helena.
Se estimaba que a lo largo del fin de semana se podría concretar y poner en marcha, pero el Gobierno griego ha intentado resistir al máximo y no ha pedido ayuda hasta que no ha visto las orejas al lobo, hasta que los seguros sobre su deuda volvieron a dispararse y los diferenciales de rentabilidad con la deuda alemana eran impagables.
Tampoco ha solicitado una ayuda financiera inmediata, sino debatir un programa económico que podría incluir ayudas. Visto desde fuera, llama la atención la reticencia del Ejecutivo griego en admitir la precariedad de su situación, ya que está perjudicando la credibilidad de la moneda única, generando desconfianza sobre el sector financiero europeo e inestabilidad en las bolsas. Sin embargo, hay que entender que el rescate no va a ser gratuito y además supondrá un control fíérreo de todas las acciones del Gobierno.
Con este escenario de fondo, los inversores centraron su interíés en la evolución de Wall Street, en los resultados que algunas de las mayores empresas de Estados Unidos habían obtenido en el primer trimestre. Algunas cuentas han defraudado, pero tanto las tecnológica como los bancos batieron expectativas. Los índices estadounidenses lo celebraron con moderación y los europeos lograron salvar los muebles, pero había algo en el ambiente que frenaba la euforia.
El pasado día 9, The Wal Street Journal acusó a los grandes bancos de Wall Street de ocultar su nivel de riesgo, de reducir su nivel de endeudamiento justo antes de presentar sus resultados. Cuatro días despuíés, The New York Times informaba que Lehman Brothers utilizó una empresa de inversiones, Hudson Castle, para desviar fondos antes de la crisis.
Y, cerramos la semana, con la acusación efectuada por la SEC, el regulador del mercado de valores de EEUU, a Goldman Sachs de fraude por sacar provecho del derrumbe del mercado hipotecario. Como se suele decir, ha sido la gota que ha colmado el vaso de la desconfianza sobre el sector bancario y los índices bursátiles se han venido abajo con fuerza. El miedo y la incertidumbre vuelven a imponerse.