Resulta interesante observar aquí que cuando el cerebro y la mente se coordinaron (como ocurrió por primera vez en los días de Lemuria), simultáneamente se desarrolló el sentido de la vista, a medida que la evolución avanza tiene lugar una coordinación superior, pues el alma y la mente llegarán a unificarse, entonces el órgano de la visión sutil, el tercer ojo empezará a actuar, y en vez de mente, cerebro y dos ojos aparecerá otra triplicidad, alma, mente y tercer ojo, en consecuencia, el cerebro no es la fuente de iluminación sino que llega a percibir la luz del alma y lo que esta revela en su reino, simultáneamente se desarrollará el tercer ojo, que revelará a su poseedor los secretos de los reinos más sutiles de los tres mundos, de manera que el cerebro recibirá la iluminación, la información y el conocimiento desde dos direcciones del alma, por conducto de la mente y de los planos más sutiles de los tres mundos y por conducto del tercer ojo, se ha de recordar aquí que el tercer ojo revela principalmente la luz que se encuentra en el corazón de todas las formas de manifestación Divina de las Almas Gemelas.
Ninguna de las envolturas por medio de las cuales el alma actúa, posee conocimiento de si misma, son solamente canales a travíés de los cuales se obtiene conocimiento y pasan las experiencias de la vida.
La mente no se conoce a si misma porque ello supondría ser consciente de si misma, por lo tanto careciendo de conciencia individual no puede decir: esto soy yo, yo mismo, y esto es externo a mi, en consecuencia el no yo es simplemente otro sentido por medio del cual obtenemos información y se nos revela un nuevo campo de conocimiento, así pues la mente no es más que un instrumento como se dijo antes, capaz de una doble función, registrar los contactos de una de las dos direcciones y trasmitir tal conocimiento al cerebro del Alma Gemela, o al alma desde el hombre inferior, esto merece una reflexión, la tendencia de nuestro esfuerzo es llevar este instrumento a una condición donde pueda ser utilizado con el mayor provecho posible.