Hacienda sacará a concurso 600 puntos de venta de lotería
Ganar un concurso para montar una administración de lotería supone un negocio atractivo. La inversión inicial se limita a disponer de un local -en propiedad o alquiler- y, además, los llamados gastos corrientes y financieros son mínimos, ya que el lotero no debe pagar por anticipado los números que recibe de Loterías y Apuestas del Estado y, los que quedan sin vender, pueden devolverse sin ningún coste. Es decir, no existen problemas de stock. Las ventas de Lotería y Apuestas del Estado (LAE) sólo cayeron un 2% en 2009. Los españoles gastan en torno a 30.000 millones al año en juegos de azar y LAE controla el 30% de la cuota de mercado.
Sin embargo, no se puede abrir una administración de lotería como quien inaugura una panadería, ya que se requiere de una concesión por parte de LAE. Hacienda, por primera vez en cinco años, anunciará en el BOE antes de 2011 la apertura de un concurso para conceder 600 puntos de venta. Del total de concesiones, 500 se otorgarán para sustituir administraciones que han cerrado en los últimos años y 120 serán nuevos puntos de venta para dar respuesta al incremento de población. ¿Si resulta un negocio rentable, cómo se explica que medio millar de loteros hayan bajado la persiana? Juan Antonio Gallardo, director comercial de LAE, lo atribuye a la dificultad de traspasar el negocio. Actualmente, una administración de lotería no puede venderse a un tercero sino que debe transmitirse por herencia a los familiares del titular de la concesión. Aquellos loteros sin descendencia o cuyos hijos no quieren hacerse cargo del negocio familiar se ven obligados a cerrar.
Los nuevos contratos mercantiles
Una situación que cambiará antes de julio. LAE abrirá la puerta a que los loteros puedan establecer contratos comerciales con Hacienda en lugar de regirse por el derecho administrativo. Esa posibilidad se convierte en obligación para los nuevos contratos. El cambio permitirá que los titulares de las administraciones de lotería puedan vender su negocio a un tercero. Además, ahora, escogerán entre tributar como personas físicas en el IRPF o -y esa es la novedad- constituirse en una empresa. Ello tambiíén facilitará las herencias en la medida que un padre podrá dejar el negocio a todos sus hijos. Con la legislación actual, sólo puede haber un heredero. Un 10% de los 10.650 puntos de venta está dirigido por personas mayores de 60 años.
Sin embargo, los cambios van más allá e incorporan la novedad de que los establecimientos mixtos -donde el comercio de lotería supone un complemento al negocio principal- puedan distribuir tambiíén Lotería Nacional (el Gordo de Navidad, por ejemplo), algo que actualmente es un nicho exclusivo de la red básica, es decir, de las administraciones de lotería.
Ello ha soliviantado a una parte, minoritaria según Hacienda, de los loteros, que han convocado para hoy un paro patronal. En cualquier caso, el famoso díécimo de lotería sólo se venderá en las administraciones tradicionales -Doña Manolita en Madrid o La Bruixa d'Or en Sort (Líérida) son las más conocidas-. Los jugadores podrán comprar lotería de Navidad en los establecimientos mixtos, sin embargo, no recibirán un díécimo, sino un resguardo. La ventaja es que el cliente podrá adquirir cualquier número que no estíé agotado.
Quienes defienden el paro denuncian la privatización de LAE y temen la proliferación de puntos de venta. Hacienda niega la mayor y recuerda que la apertura de un negocio de lotería requerirá, como hasta ahora, de un concurso público. Gallardo asegura que resultaría contraproducente abrir negocios de forma masiva.
Las cifras
6% es la comisión que recibe el lotero por cada apuesta o díécimo vendido. Para la lotería de Navidad, el porcentaje de la comisión baja al 3,75%.
10.650 puntos de venta de lotería del Estado existen en España. La mayoría, 6.500, son establecimientos mixtos.
Con el Mundial, quiniela todo el año
Lotería y Apuestas del Estado (LAE) estudia mantener la quiniela -el juego de azar de la competición de fútbol española- más allá de la duración de la Liga. En particular, se plantea que los futboleros puedan jugar a vaticinar los resultados de los partidos del Mundial que se celebrará este verano en Sudáfrica. Además, LAE estudia la viabilidad de mantener la quiniela durante todo el año. Ello sería posible si se tomaran como referencia ligas como la rusa que juegan justo cuando en España no hay competición.
Por otra parte, LAE tambiíén valora que el juego de la Bonoloto se amplíe a seis días a la semana, en lugar de los cuatro actuales. "Es algo que nos piden mucho", cuenta Juan Antonio Gallardo, director comercial de LAE.
Y acerca de La Primitiva, el equipo comercial debate la posibilidad de que el bote que se acumula cuando ningún número ha resultado premiado se incorpore en el siguiente sorteo. Actualmente, el premio acumulado en un mes se incluye en el sorteo del mes siguiente. Con la reforma, si un jueves no hay ningún acertante, el bote se jugaría el siguiente sábado.
En cuanto a los juegos de internet, los directivos de LAE se muestran cautos, ya que es un mercado caracterizado por la falta de regulación. Cualquier novedad en este campo se emprenderá tras la aprobación de la nueva normativa sobre el juego que se está tramitando en el Congreso.
La mayor parte de los beneficios de LAE proceden de la venta de Lotería Nacional, que supone casi el 60% de las ventas. Le siguen, por este orden, La Primitiva, el juego del Euromillones y la Bonoloto.