El FMI ha propuesto introducir dos impuestos a nivel internacional sobre las entidades financieras para costear rescates en futuras crisis y desincentivar la toma de riesgos excesivos. El FMI mejora su previsión de crecimiento mundial: el PIB avanzará el 4,2% en 2010.
La propuesta está contenida en un estudio que le encargaron al Fondo Monetario Internacional (FMI) los presidentes de los países miembros del G20 en su reunión de Pittsburgh en septiembre y que se debatirá en la reunión ministerial del Grupo que tendrá lugar el viernes en Washington.
El informe fue adelantado por la cadena BBC y ya ha recibido el apoyo de representantes europeos, mientras que Canadá se ha manifestado en contra, pues teme que las nuevas tasas debiliten a las entidades financieras.
El estudio propone crear la llamada "Contribución a la Estabilidad Financiera", un impuesto que, al principio, pagarían todas las entidades financieras por igual y que, posteriormente, variaría según el nivel de riesgo asumido por cada una.
Los ingresos se acumularían en un fondo para pagar por futuros rescates de la banca o entrarían como ingresos corrientes a las arcas públicas.
Impuestos a nivel internacional
El segundo impuesto sería la "Tasa sobre Actividades Financieras", cuyo acrónimo en inglíés es "FAT" ("gordo", en inglíés), la cual gravaría los sueldos y bonificaciones que pagan las entidades financieras, así como sus beneficios.
El FMI enfatizó que la aplicación de ambos gravámenes debería coordinarse a nivel internacional, porque si los gobiernos actúan de forma unilateral las entidades financieras pueden evadir el pago de los tributos moviendo sus operaciones al territorio donde la legislación sea más díébil.
El Gobierno de Estados Unidos ha propuesto introducir en su territorio una tasa para recuperar los costos de su paquete de rescate, mientras que Reino Unido y Francia han aprobado impuestos temporales sobre las bonificaciones de los ejecutivos de las entidades financieras.
Sin embargo, la propuesta del FMI es mucho más ambiciosa.
A su juicio, la "Tasa sobre Actividades Financieras" sería fácil de aplicar, pues funcionaría como un impuesto sobre el valor añadido, y reduciría el tamaño del sector financiero.
¿Mayores tasas?
En Reino Unido, un impuesto de ese tipo del 2% generaría ingresos equivalentes a entre el 0,1 y el 0,2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), según sus cálculos.
La organización humanitaria Oxfam ha acogido positivamente la propuesta del FMI, pero cree que las tasas deben tener una magnitud mayor que lo sugerido para recuperar el dinero gastado por los gobiernos para salvar al sector.
"Los impuestos deberían pagar totalmente por el costo de la crisis", dijo a Efe Pamela Gómez, una experta de Oxfam.
El FMI calcula que la factura fiscal de las ayudas públicas durante la actual crisis financiera equivale en media al 2,7% del Producto Interno Bruto (PIB) en los países avanzados del G-20, aunque en Reino Unido, Alemania y Estados Unidos el costo ha sido mayor.
Al mismo tiempo, la deuda de las naciones ricas aumentará en casi 40 puntos porcentuales hasta 2015, en gran medida por los efectos de la crisis, apunta el Fondo en su estudio.
Contener el díéficit
Un impuesto adicional les vendría muy bien en un momento en el que su prioridad, según dijo hoy el FMI, debe ser contener el díéficit.
"Los banqueros causaron un daño tremendo, deberían ser ellos los que paguen por ello, y no los pobres de Amíérica Latina o ífrica", que son víctimas inocentes de la crisis, dijo Gómez.
Oxfam quiere que una parte de los ingresos de los impuestos propuestos por el FMI se dediquen a ayudar a los países pobres.